miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Y tú qué hace aquí?

Elena, una de las más grandes intérpretes cubanas de todos los tiempos
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La pregunta me sonó intempestiva del otro lado de la línea telefónica durante la fría mañana de este martes. Una compañera de trabajo aludía a mi presencia en el jurado de un festival para cantantes aficionados que desde hace algunos años se celebra en Sagua. “Tienes el oído cuadrado”, me dijo.

Sonaría bien que desecho su opinión, que la tiro al latón de la basura, pero entraría en contradicción con una idea que siempre he defendido: cualquier opinión es atendible; en cada criterio hay trasfondos y causalidad (no casualidad), aunque mi compañera tratara de revestir su “observación” con aires de broma. Desde mucho antes de Chaplin el humor ha servido para sacar a luz cosas importantes. ¿Y si la mujer tuviera razón y efectivamente no pinto nada a la hora de juzgar a un grupo de vocalistas?

Naturalmente, yo no me “auto seleccioné” como juez. Hubiera sido más “natural” que la “voz cuestionadora” trasmitiera su opinión a los organizadores de aquel concurso. Sabes Dios por qué no lo hizo, o no lo hará nunca. De todos modos yo me quedé pensando. Rápidamente traté de poner cosas en orden dentro de mi cerebro. Tampoco podía darme el lujo de pensar en el asunto todo el día. Entonces sí hubiera necesitado ayuda psicológica.

Encendí la computadora y me puse a escuchar a Bola. Decía que no cantaba, que tenía voz de “manguero”. No valdría la pena hablar de cromas y afinación cuando proclama “no puedo ser feliz/no te puedo olvidar/ siento que te perdí/ y eso me hace pensar/ que he renunciado a ti”.

Pasó luego por mi mente la arrolladora presencia de Benny. Analfabeto en cuestión de negras y corcheas deslizaba sobre el escenario los más originales recursos para sacar provecho a su banda y para atraer la atención del público.
No sé leer una partitura, pero me permitiría en cualquier certamen votar por Elena Burke, alzar mis dos brazos por Omara y premiar a Pablo. Los uso como referentes de lo que debe ser una buena interpretación, más que buen timbre, dicción adecuada y buena articulación. Incluso más que vestuario y dominio del espacio escénico: carisma, entrega, presencia, recursos comunicativos.

Al cabo de quince años, algunos programas musicales van quedando atrás en los predios de Radio Sagua. Recuerdo a Liuba María Hevia contándome algunos “secretos” para lograr comunicarse con el público. ¡Pura sensibilidad es esa Liuba que anda hoy de cumpleaños! Lo mismo canta un tango, que una nana…Debe ser la versatilidad otro mérito interpretativo.

Pero es cierto: no sé nada. Me sirve la observación adversa para crecerme. “Solo sé que no sé nada”. Repasaré a Callas, a Monserrat Caballé, a Caruso… Algo dijeron sobre interpretación. Trataré de recordar mis lecciones de apreciación musical en el ISA, los cursos en Santa Clara….No sé si Aaron Copland habló del asunto….Veremos qué hay en el “Oxford”.

Siguiendo a Agustín “veré”, seguiré buscando, indagaré y trataré de tener en guardia mi sensibilidad. Es el único recurso de que pudiera jactarme. A pesar de la rara anatomía de mi órgano auditivo, intentaré descubrir a “ese hombre escapado de sí mismo” presente en la buena música. Y agradeceré a mi compañera que me haya hecho pensar…y escribir este texto, que no es más divertimento, pura broma casi.

domingo, 14 de noviembre de 2010

CON ADRIA SANTANA POR LA VILLA DEL UNDOSO


Por fin, luego de anunciarse una y otra vez, salió al aire por Cubavisión el programa “Con dos que se quieran” dedicado a la actriz Adria Santana.

Quien haya tenido la oportunidad de conversar con Adria al menos una vez sabe que es tal y como apareció el martes en el programa de Amaury: alegre, conversadora, sincera. Convendría volver a alguna de las opiniones expresadas ante las cámaras:

Cuando yo estaba en la Escuela de Arte, decían que el artista primero tenía que ser revolucionario y yo digo: Bueno ¿cómo yo tengo que ser primero algo si soy una sola persona? Yo soy Adria, de Las Tunas, artista, revolucionaria, cubana ¿tú sabes?, no puedo ser primero una cosa y después otra, o algo más que otra cosa. Yo soy una sola persona que como todas las personas tenemos muchos matices. Tenemos cosas malas y tenemos cosas buenas, porque la perfección no existe.

Al menos, yo no soy creyente, por lo tanto, nunca he creído en nada ciegamente। La gente siempre dice: “Bueno, el amor es importante.” Yo creo que el amor es importante, me encanta el amor. Yo amo muchísimo muchas cosas, sobre todo a mi país, yo lo amo, con sus defectos y sus virtudes, pero yo nunca podría decir que quiero más esto que aquello. ¿Tú sabes? Es muy difícil dividirte, porque, ¿por qué te tienes que dividir?

Como toda obra humana –y de arte- al programa “Con dos que se quieran” podemos hacerle señalamientos। El principal tiene que ver con la posibilidad del conductor de controlar los hilos de la entrevista, a fin de evitar disgreciones y momentos de referencias íntimas, algo de farándula, agregaría yo. Pero tratándose de una invitada como Adria Santana, qué programa no sería bueno.


Tuve la oportunidad de conocer a Adria en 2009 durante la filmación de un cuento para la televisión cubana bajo la dirección de Consuelo Ramírez। Le serví de guía, tanto a ella como a Pablo Menéndez para visitar la casa natal de Wifredo Lam.La recuerdo en extremo profesional, conocía perfectamente su personaje, se divertía dándole vida y, entre una escena y otra, tenía tiempo para conversar con todo el equipo. Le gustaba saber de todo, elogiaba a Sagua, se mostraba feliz por estar en la Villa del Undoso. Hablaba lo mismo de música, que de teatro, o política. Es una actriz inteligente y culta, muy por encima de la media.

Disfruté especialmente el momento en que, durante las largas sesiones de rodaje, le extendí una guayaba. Había que ver con cuánto gusto la aceptó. Lo más interesante de todo fue cuando la invité a mi programa de la radio. Aprovechamos que tendría más o menos una hora de descanso para “escapar”. Mas no sé si se trataba en verdad de un descanso. Adria debía permanecer con un largo vestido de época, que en pantalla podía lucir bien, pero de cerca eran unos trapos, la verdad. “Estaba hecho para ella”, decía irónicamente. Y era cierto, carecía de botones o cremallera. Para quitárselo había que descoserlo todo.

No sé si había aludido antes a esta imagen. Pero de manera similar a como lo hacía la Pávlova antes de sus actuaciones en La Habana, Adria transitó por las calles más céntricas de Sagua durante una cálida tarde de septiembre con el vestuario destinado a la escena.

Jamás se opuso a venir a pie conmigo hasta la emisora, ni siquiera luego de visitar infructuosamente varios establecimientos gastronómicos en busca de café. Es que Adria es, sin dudas, una buena persona. Todavía recuerdo uno de sus últimos mensajes de correo electrónico recordándome su dirección en La Habana, e invitándome otra vez a su casa.

Con Adria, no valen los cumplidos, ni las medias tintas. Es por eso que su vida pudiera ser más interesante que la cualquiera de sus personajes para conformar una obra en el teatro, una película, o una telenovela. De tal manera, su corazón estará conmigo siempre por la Villa del Undoso.

sábado, 23 de octubre de 2010

MI VIEJA ESTACIÓN


Hoy subí a la planta alta de la vieja estación. Aprovechando que una verja me invitaba, remonté los peldaños de granito. Arriba hallé lo que me vaticinaban: ruinas. Maravillosas ruinas. Con majestad se resiste a la desidia el entramado de la cubierta. Hay un hueco enorme en el piso, justo encima del andén y la maquinaria del reloj solo marca un tiempo pretérito. Pero la vieja estación, con su galería en los altos, no quiere sucumbir a la desmemoria.

¿Qué trenes estará evocando? Quizá el de los vagones con literas que partía antes de la medianoche para la capital. O a lo mejor, el de los coches motores Bood, una maravilla “Made in USA” puesta a competir con los ómnibus que se enseñoreaban por el Circuito Norte rumbo a La Habana.

Tal vez la terminal prefiera remontarse a la época de las silbantes máquinas de vapor: la de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Samuel Hazard. A los años con destinos en Cienfuegos, Caibarién o Cumanayagua; Santa Clara, casi nunca.

¿Recordará el viaje de Gabriela? ¿Qué notas estaría ideando Caturla antes de seguir viaje para cumplir con sus obligaciones de juez en el pueblo vecino? ¿Le habrá susurrado algo Lorca aquella madrugada tras la despedida “oficial”? Ya sabemos cuán poco amante de lo “oficial” era el poeta. ¿Cuántos secretos guardaran estos muros? ¡Cuánto sabrán de encuentros y adioses, de pasiones y alaridos…y hasta de sangre!

La inauguraron en el año mil 882, al final de la calle Gloria, burlando a los urbanistas que defendían el trazado recto de las calzadas sagüeras. Para la “Empresa” no debía haber más pueblo que el situado frente a sus balcones. Al fondo, solo los talleres. En el siglo veinte fue objeto de una muy bien planificada ampliación para acoger las oficinas de la Cuban Central, con la estatua del Conde Moré –probablemente el primer capitalista de toda la comarca- saludando al visitante. El monumento, emplazado actualmente en la casona donde vivió Moré, fue sustituido por otro que recuerdas las acciones de la Huelga Revolucionaria del 9 de abril de 1958.

Mañach pudo concederle una elegía a la estación. Bien se fijó en el casi perfecto paralelismo de las rutas que definen a Sagua la Grande: el río y la vía férrea. Hubiera dicho el autor de “Indagación del choteo” que no es paradero de provincia este edificio. No es la casita de tejas francesas que los “Unidos” se hicieron construir en la mitad occidental de Cuba. Es la ESTACIÓN.

Hoy he vuelto, he escrutado sus rincones. Prefiero los que me vedaron en la niñez; las puertas cerradas, los ventanillos que nunca expendieron boletines, el timbre sobre uno de los vanos...Siempre me pareció pequeño el salón de espera. Prefiero el andén custodiado por estructuras de hierro finamente forjado…para aguardar futuros trenes.

En mi mente hay muchos trenes aguardando la orden de vía, siempre con la vieja estación como centro de despacho. Quizá por eso se resista a la desaparición. Comprenderá que Sagua no puede ser Sagua sin ella…ni yo tampoco.

lunes, 6 de septiembre de 2010

ESTE ARAMÍS ME HA PUESTO LOS PELOS DE PUNTA

No me canso de sentir admiración por un puñado de artistas verdaderos; de esos que, lejos de alimentar la vanidad, se pegan duro al trabajo y entregan lo mejor de sí para, tras escuchar un merecido elogio, interrogar ingenuamente: “¿De verdad que me quedó bien?”.


La pregunta ilumina mis recuerdos de Aramís Delgado. Lo conocí en Sagua la Grande durante el rodaje de un telefilme. Mis obligaciones como asistente de dirección de cuando en cuando me dejaron un chance para conversar con los actores y hasta para compartir la mesa con algunos de ellos; los suficientes para que Aramís me recordara cuando me tropecé con él en un pequeño parque de la habanera calle 25, frente a la librería “Generación del centenario”. Entonces no tuvo reparos en contarme detalles de un nuevo trabajo para el cine, a las órdenes de Juan Carlos Cremata. Hablaba de su personaje como un niño con juguete nuevo.



No importa si me equivoco: Al parecer no hay nada más importante en su vida que la actuación. A fuerza de tanto buen desempeño actoral desde que, a las órdenes de Tomás Gutiérrez Alea, tuvo una fugaz aparición en “Memorias del subdesarrollo”, Aramís se ha multiplicado en cientos de personalidades. Con muchas ha ganado el odio más enconado, como sucedió con el aborrecible hacendado de “El eco de las piedras”.

Pero quien tenga el privilegio de conocer a Aramís se convence de que la única maldad que alberga en su alma es aquella que ha usado para dotar de vida sus personajes. Durante aquellas jornadas de grabación en Sagua lo recuerdo puntual, disciplinado; jamás tuvo que repetir un bocadillo porque se olvidara la letra…


Parece que su consagración era ya un hecho…y ahora se me aparece con su juez de “Chamaco” y me pone los pelos de punta este Aramís. Con su juez “cazador” de chicos y padre de familia hipócrita, más que conmoverme, me desarma. Excepcional destaque merece en el escena en que, tras el asesinato del hijo, conversa con el encubierto homicida y dice: “Quisiera tener delante en el tribunal a ese cabrón para preguntarle…..¿y qué coño le voy a preguntar chamaco?



¡No podía contar con un actor mejor para su película Juan Carlos Cremata! Ojalá muy pronto toda Cuba pueda apreciar este filme basado en la obra teatral de Amed González Melo; una contundente radiografía de La Habana nocturna, de sus lugares oscuros, de sus vicios y manquedades….



Querido Aramís, no tengo ni tu dirección ni tu teléfono; no llegamos a ser amigos. Quizá en un viaje futuro a la capital no tenga la oportunidad de encontrarte tomando un respiro en algún parquecito del Vedado; pero gracias a “Chamaco”, te tengo cerca y preguntándome una vez más: “¿De verdad que me quedó bien?”.

lunes, 9 de agosto de 2010

CON DOS QUE SE QUIERAN…BASTA PARA HACER BUENA TELEVISIÓN


El diálogo es la más directa y antigua forma de la comunicación interpersonal. Dos personas, frente a frente, ponen en juego sus capacidades para entenderse. En los tiempos modernos, los medios de difusión le han conferido gran importancia al diálogo, o la entrevista como se le conoce profesionalmente.

En el siglo XIX Mark Twain hablaba con ironía acerca de la entrevista y se preguntaba ¿Qué se pretende con una serie de preguntas que una persona que parece ignorarlo todo le hace a otra persona que da la impresión de no entender absolutamente nada? Y agrega el escritor norteamericano: ¿A quién le importa si el investigador de la fisión nuclear usa ropa interior de lana o si es alérgico a los mariscos?

Sin embargo, otra figura de las letras, la mejicana Rosario Castellanos, aclara que a entrevista es más que eso. Una entrevista debe ayudarnos a comprender a las celebridades más que a simpatizar con ellas gracias al descubrimiento de que tienen defectos similares a los nuestros.

Justamente esa idea parece ser compartida por Amaury Pérez Vidal en su nuevo programa de entrevistas “Con dos se quieran”. Amaury NO intenta deleitarse con los defectos, pero tampoco con las virtudes de sus invitados. Estos suelen llamar la atención por sí solos. Se trata de personalidades de gran trascendencia en la vida cultural de la nación.

Son la mesura y la sencillez los mayores logros de esta propuesta televisiva posible gracias al Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos. De ahí que cuente con el concurso de artistas con una obra importante al servicio del séptimo arte, como el editor Manuel Iglesias. Incluso, la locación escogida no es otra que el estudio donde se ha grabado la música para algunas de los títulos antológicos de la cinematografía nacional.

Ya otra vez Amaury Pérez había mostrado sus credenciales como entrevistador en el espacio “Muy personal”, pero “Con dos que se quieran” es otra cosa. Amaury no hace alardes de una gran investigación sobre sus invitados, aunque –sin dudas- esté bien informado. No hay opiniones de terceras personas capaces de hacer llorar al entrevistado, ni spots, ni frases destacadas al pie de la pantalla.

No es que considere que tales recursos deben ser invalidados. Es que “Con dos que se quieran” sencillamente no los necesita. Me cuesta trabajo creer que el programa dure más de 27 minutos, como efectivamente creo que sucede, pues no me canso. Si algo me sobra es solo que la música de Lucía Huergo anuncie con tanta antelación el final. Da la impresión de que están apresurando al entrevistado en el momento en que está diciendo las cosas más importantes. Y ya se sabe que cuando uno va a comunicar algo trascendental evita las interferencias. Si está en la casa trata de que la puerta no esté abierta, de apagar el equipo de música, quizá hasta de desconectar el teléfono.

Las luces y muy especialmente la escenografía y la ambientación de “Con dos que ser quieran” tratan de imprimir una atmósfera de intimidad, sosiego y belleza a esta propuesta televisiva. Y si tuviera que señalar otro aspecto negativo, solo otro más, diría que en ciertos movimientos de cámara y angulaciones no son del todo felices. Por ejemplo, los planos de perfil de algunos de los invitados, más que ofrecernos otra perspectiva de lo que hay en escena, o de contribuir a la dinámica del espacio, sencillamente se acercan al mal gusto.

Pero lo más importante de todo esto son los entrevistados. Alguien pudiera preguntarse por qué Amaury no conserva con gente común, con un obrero, o un campesino…Pudiera hacerlo, tal vez NO le iría mal. Pero ahora nos coloca ante personalidades de la cultura. Es cierto que no todas sin igual de locuaces, que no todas logran dar la gran entrevista. Considero que, hasta ahora, califican como los mejores los programas dedicados a Frank Fernández, Liuba María Hevia y Zaida del Río.

Aún con los altibajos comprensibles, navega con muy buena suerte esta inteligente propuesta. Aguardaré por las nuevas entregas de Amaury.

miércoles, 4 de agosto de 2010

DESPERTÉ ESCUCHANDO LA RADIO…


Hoy desperté con la radio encendida. Es mi costumbre habitual, pero esta vez con algo más de tiempo, transité por el dial durante algunos minutos, los suficientes como para preguntarme si estas son las emisoras y estos son los programas que nos hacen falta en el siglo 21.

No hablemos de las dogmáticas políticas informativas que lastran el quehacer periodístico. Unidas a la poca creatividad de nuestros informativistas, consiguen que el acontecer de Santiago de Cuba sea idéntico al de Ciego de Ávila, o Placetas.

Moviendo y moviendo la aguja, encuentro en la emisora provincial de Matanzas comparecencias periodísticas kilométricas y la presencia de un periodista –o colaborador- con una sección dedicada al movimiento obrero que es solo una lista de nombres, dicha además con lenguaje ampuloso. Algo así como esto: “En la EMAI, siglas con las que se identifica la empresa tal, fueron destacados de los municipios de Colón, Los Arabos y Varadero, Fulano, Mengano y Esperancejo, este último de la hermosa playa azul….

Un poco más acá, en el centro de la isla, hallo a quien lee un comentario de medio minuto que parece haber tomado de un plegable de promoción de salud. Mientras un periodista experimentado “mortifica” al oyente con cantaletas de hasta diez minutos para hablar lo mismo de telenovelas, que de pelota, sin hilvanar adecuadamente las ideas y sin dotar a su discurso de la simpatía inherente a todo buen comunicador.

Así andan las cosas por el dial. Mientras la Onda de la Alegría y “La emisora de la hora y las noticias” se presentan como piezas museables donde la inmediatez periodística ajena a sus propósitos.

El informativo “Haciendo radio”, por su lado, celebra 26 años con la enorme misión de persistir como único paradigma de aquel modo de hacer fundado por “El Uruguayo” Jorge Ibarra, por Alberto D. Pérez, Orlando Contreras y Gladys Goizueta, entre otros grandes del quehacer radiofónico.

No pongo en duda el talento de algunos –no de todos- los integrantes del colectivo actual de ese espacio, pero son demasiados años como marcar pautas. Las pautas las marcó, pero en la década del ochenta del siglo pasado.

sábado, 24 de julio de 2010

MI DOLOR POR CÁRDENAS


No me explico cómo al eficaz teniente-gobernador Joaquín Fernández Casariego no se le ocurrió construirle un alcantarillado a Cárdenas como lo hizo en su amada Sagua a mediados del siglo XIX.

La ausencia de un sistema de desagües adecuado es hoy uno de los principales problemas que arrastra la urbe del norte matancero. Lo mismo en la calle Real, que en Vives, o en Ruiz el agua sobrepasa cuanto menos el tobillo del atribulado transeúnte cuando cae un aguacerito.

Pero de Cárdenas he de contar mucho más. Pocos sitios de Cuba han sufrido de manera tan vertiginosa los cambios a que se ha visto abocada la nación durante las últimas décadas. Según cifras recientemente publicadas por la prensa nacional, más de diez mil habitantes de esa urbe son empleados de la industria turística en Varadero.

El enorme polo turístico está ubicado a unos veinte kilómetros de la llamada Perla del Norte, sin embargo, hoy Cárdenas no conserva ni uno solo de los hoteles de que dispuso antaño. Atractivos no le faltan a la villa decimonónica. Baste mencionar al centenario museo Oscar María de Rojas, con ejemplares únicos de especies naturales, obras de arte y objetos relacionados con la lucha independentista.

Cárdenas exhibe paradojas y olvidos. Otrora fue uno de los principales puertos exportadores de azúcar en el Caribe. Hoy deviene dormitorio de los trabajadores del turismo –muchos de ellos procedentes de otras regiones- que no experimentan sentido de pertenencia alguno por esta tierra de coches y bicicletas. Los restaurantes, las grandes tiendas, los centros recreativos están en Varadero, aún cuando al bolsillo del cubano de a pie le resulte difícil acceder a ellos.

Pero hay de todo en la viña del señor y no resulta extraño encontrar a numerosas jóvenes cardenenses que, impedidas de figurar en la crónica social como ocurría en los tiempos del Capitalismo, consiguen que sus padres les financien un video clip, no para festejar algún acontecimiento en particular, como el cumpleaños; sino para experimentar el placer de sentirse artistas por un día. Así doblan a su estrella favorita y hasta actúan con algún amigo como parteneire; nunca con el novio, pues si un día tal unión se rompe, la “obra audiovisual” perdería validez.

Tengo un amigo locutor residente en Cárdenas que, cuando viene a visitar a sus familiares en Sagua, proclama: “Voy para Cuba”. ¿Es que Cárdenas pertenece a otro país? Es que es otra la dinámica siguiendo el Circuito Norte, a 150 kilómetros de la Villa del Undoso.

Hasta indómita se me torna esta ciudad, donde el dinero puede para comprar lo mismo una hora de sexo, que el papel higiénico pregonado por un vendedor furtivo en el reparto Trece de Marzo. Pero, también, al observar las estructuras desnudas de los viejos almacenes, el asta vacía de la bandera al final de la calle Real, la estación de trenes casi abandonada, el semidestruido edificio de “La dominica” (donde primero ondeó la enseña nacional)... siento una extraña desazón.

En este blog, artículo relacionado: Cárdenas

sábado, 26 de junio de 2010

NUEVO DISCO DE BUENA FE Y FRANK DELGADO: LOS EXTREMOS DE LA NOBLEZA


Con suspicacia nada disimulada me pregunto qué pudiera suceder con el disco “Extremistas nobles”, de Buena Fe y Frank Delgado, en la radio provincial de Villa Clara.

Hace algún tiempo contaba a mis lectores sobre la censura de que fue objeto la anterior producción de Yoel Martínez e Israel Rojas (Con voz propia: ¿Buena Fe disidente?)
….. Me temo que “Extremistas nobles” pudiera correr la misma suerte de “Catalejo”, pero no me interesa elucubrar sobre la política musical de la CMHW. Las veleidades de la difusión de la música la radio cubana no constituyen motivo de esta entrada.

Solo me interesa contar que el arte sonoro de la Mayor de las Antillas acaba de ganar un disco audaz y atractivo. Eso sí, resulta curioso que la repercusión de “Extremistas nobles” en los medios de prensa resulte prácticamente nula. Atribuyámosla a que la fecha de aparición del disco aún es reciente.

Pero estoy seguro de que la nueva entrega de Buena Fe dará mucho que hablar. Me consta que el dúo prefiere apostar por el cultivo de una canción que, sin eludir la seducción suscitada por un sonido pop contemporáneo, se compromete con la observación de los problemas tangibles de nuestra sociedad.

La subversión de los valores en la Cuba de ahora y el inmovilismo entre ciertos espacios de la dirigencia están en el colimador de Buena Fe, que ya antes expresaba que tenemos un telescopio “por donde Marte se ve”, pero el “meñique del pie no se me ve”.

Con la “buena Fe” cimentada por varios años de ejercicio, Joel e Israel alertan que “ser patriota entraña muchas restricciones” en un corte que es representativo de la esencia general de su nuevo álbum: “Cubañolito”. No tengo referencia de que la adopción de la nacionalidad española por muchos cubanos al amparo de una dispensa de la ex metrópoli colonialista, haya sido abordada antes en los predios musicales. En suma, la emigración, fenómeno que ha marcado de manera muy especial a la generación del Período Especial en Cuba, constituye el más recurrente de los temas en esta producción.

No puedo dejar de destacar la impronta de Frank Delgado en esta guaracha y en otros de los títulos acogidos por “Extremistas nobles”. Desde sus primeros tiempos con el grupo Mezcla, la ironía y el buen humor se erigieron como las mejores armas del autor de “Rio Quibú” y “Cuando se vaya la luz mi negra”. Como dijera Silvio Rodríguez, “Frank tiene la realidad de su país atravesada en la piel”

Parece que Frank encontró la horma de sus zapatos en Buena Fe, o a la inversa. Lo cierto es que la mirada a veces ácida de uno y las metáforas finas pero nada evasivas de los otros se imbrican muy bien en este CD.

¿Qué títulos otros pudiera recomendar? Tal vez “El gorrión”, un blues dedicado a la falsa moral y la corrupción. La polémica sobre nuestra realidad puede acrecentarse tras la escucha de “Melecio tenía razón”, un cuestionamiento a las políticas agrarias de los últimos años. Y no deja de ser pertinente la preocupación por el tema si recordamos que, según fuentes oficiales, un alto por ciento de las tierras cultivables en Cuba permanecen subutilizadas.

Tal vez deba destacar “Afuera”. Se trata pop absoluto, pegajoso, quizá no sea nada genial por la música, pero la letra es otra cosa. Los trovadores vuelven a poner el dedo en la llaga, regresan al complejo tema de la emigración. Dejan claro que afuera nunca compran “sueños serios, mucho menos si ya son usados”, pero sin vendas en los ojos mencionan a “tanta queriendo pisar aunque sea una vez antes que el tiempo se acabe y si mueran…afuera”.

Quienes prefieran momentos más sosegados, los hallarán incluso en el disco “Extremistas nobles”. Son más sutiles las letras de “No te salves” y “Loco por ti”. Nada menor al relacionarlas con el resto, pero cercanas al tema amoroso, recurrente en Buena Fe.

Espero que más temprano que tarde el gran público pueda apreciar este nueva propuesta y que, si resulta preciso llegar a algún extremo, no sea al de la intolerancia que –en ocasiones- nos impide tener una idea amplia de cuánto hacen los artistas que prefieren permanecer aquí y compartir sueños y carencias con el cubano de a pie. Bravo por la nobleza de Buena Fe y Frank Delgado.

jueves, 10 de junio de 2010

Escaleras, balcones y guardavecinos en Sagua la Grande

El hombre usa para construir los materiales que tiene a mano. La arcilla y la madera contribuyeron a dar fisonomía de ciudad a Sagua la Grande; pero casi desde sus tiempos fundacionales la Villa del Undoso favoreció el desarrollo de un grupo de industrias que acrecentaron el lustre arquitectónico.
Con las viviendas hoy denominadas "vernáculas" comenzaron a convivir edificaciones más sólidas, en las que el hierro ocupó espacio orefrencial. La tradición metalúrgica nos dotó lo mismo de pintorescos guardavecinos, que de hermosos balcones. El sentido utilitario y la belleza se dan de la mano en el entramado ecléctico de una ciudad que, gracias a la herredería, también puede considerarse majestuosa.





jueves, 15 de abril de 2010

Conrado Marrero


En el Estadio del Cerro, durante una tarde en que Conrado Marrero pitcheaba contra el Habana y le tocó el turno al bate a Dick Sisler, un recio bateador norteamericano que se le sacaba a cualquiera del terreno, Luque –manager del Almendares- salió a conferenciar con Marrero. Vimos a Luque gesticular con cierta violencia. Marrero, impasible, lo escuchaba. Ante la agresividad verbal de Luque, observábamos a un Marrero sonriente que le contestaba a su manager. Luque enrojeció de ira, pateó el terreno con violencia y se retiró visiblemente molesto. Al finalizar el desafío le preguntamos a Marrero qué había pasado. Y nos contó:
-Luque llegó al box y en forma descompuesta me preguntó si sabía quién era el bateador al que tenía que pitchearle. Le contesté que era Dick Sisler. Entonces me dijo:
-¿Tú sabes que ese se la bota a cualquiera?
Y yo le pregunté:
-¿Qué hago, se la tiro para allá o me la meto en el...bolsillo?

Enrique Núñez Rodríguez ofrece testimonio de la cubana espontaneidad que caracteriza al famoso pelotero. Tuve la oportunidad de conocerle cuando visitó a Sagua con motivo del homenaje que le tributo el gobierno local en la década del noventa. Mi abuelo hablaba de él con la naturalidad con la que resulta común hacerlo de un primo. Ambos compartieron partidos en los poteros de Chinchila, el Mogote, El laberinto y otros parajes al oeste de Sagua la Grande. El Marrero que es más cercano, no prosperó en la pelota; el protagonista de esta historia es un hombre famoso. Aunque el éxito no le llegó de golpe. Incluso, cuando Clark Griffith decidió contratarlo para “Los senadores de Washington”, en la de la década del cuarenta, tuvo que sortear las críticas de quienes consideraban envejecido al atleta criollo.

Marrero tuvo que corta mucha caña y conducir una carreta dueyes. Aunque siempre llevaba con él guante y pelota, por si se presentaba el chance y podía jugar. En 1935 el Casino Español organizó una novena, que enfrentó durante los primeros partidos al equipo de la Casa Stany, de Cienfuegos. Fue tan exitoso el desempeño de Marrero, que lo invitaron a pitchear en la Perla del Sur. De Cienfuegos marchó a La Habana y ya en 1939 causó sensación durante un juego entre los Estados Unidos y Cuba. El llamado “Guajiro de El laberinto” subió al box y sólo admitió tres carreras, mientras sus compañeros marcaron en trece ocasiones. Sólo cinco estadounidenses le llegaron a primera por hit, cuatro fueron boleados y doce se quedaron el bate al hombro.

La espectacular actuación de Conrado con los “Habana Cubans”, durante tres temporadas consecutivas, le permitió alcanzar setenta victoria y atrajo la atención de los jerarcas de las Grandes Ligas. Marrero trabajó con “Los senadores de Washington” durante cinco temporadas. Para que se tenga una idea de su excelencia, baste apuntar que en el campeonato de 1950-51 alcanzó once victorias con siete reveses y 2,37 carreras limpias, y acaparó record de 68-46 hasta 1955, cuando pasó a dirigir el equipo Almendares, en capital cubana.

Aún cuando su carrera deportiva tuvo lugar en otros sitios, Conrado Marrero jamás ha olvidado a la patria chica. En, ante todo, un patriota de ley, que decidió echar raíces en la tierra cubana. Ya en los años cincuenta el ayuntamiento de Sagua lo distinguía como Hijo Ilustre y, en fecha más reciente, en 2003, volvería a recibir el homenaje de sus coterráneos.

Sorprende la lozanía que exhibe “El guajiro” a sus noventa y ocho años. En su casa de La Habana se le escuchan anécdotas al campechano deportista. Pudiera ser que no autentifique la historia relatada por Núñez Rodríguez. El humorista quemadense también escribió que no ve la vida de la misma forma a los treinta, que a los setenta, ochenta…o noventa ocho, agregaría este redactor. Pero mi pariente no parece tener demasiada conciencia de que es hoy por hoy una leyenda viva del béisbol y seguramente recuerda con tanta satisfacción los lauros alcanzados en la Grandes Ligas, como las alegrías que le daban aquellos primeros “partiditos” robados al poco tiempo de descanso que la zafra le dejaba en su Sagua la Grande natal.

jueves, 8 de abril de 2010

LA NARRACIÓN, COMPLEJA ESPECIALIDAD DE LA LOCUCIÓN


Invitado por compañeros de la cátedra de locución de la emisora, participé en la confección y aplicación de un examen práctico a jóvenes que se forman como locutores en un curso que se imparte en la provincia.

Estas pruebas suelen abarcar la amplia gama de géneros y especialidades en las que ejercen su trabajo los profesionales de la palabra: la noticia, el comentario, la declamación, la propaganda…Y no es de extrañar que una de las que dificultades provoca es la narración. Se trata de una de las tareas más complejas de locución porque está muy vinculada a la labor interpretativa. Suele decirse que el narrador es un personaje más en la obra y, a veces lo es efectivamente, pues ciertos autores lo han puesto a dialogar con los propios personajes.

Al hurgar en la historia misma de la radio, percibimos cómo el nombre de Félix Benjamín Caignet también está vinculado al surgimiento de la narración. Él mismo ejerció como tal en la serie infantil de “Chilín, Bebita y el Enanito Coliflor”, que dio a conocer en Santiago de Cuba. Luego, en su famosa novela “El derecho de nacer” el uso del narrador contribuiría a exaltar al máximo las posibilidades del melodrama, con largos y complicados parlamentos, que no sólo servían para para describir las características físicas de los personajes o sus principales acciones a un espectador que –en definitiva- sólo podía poner el sentido del oído en función del espectáculo que se le presentaba; sino que también hacía valoraciones sobre la psicología de tales personajes, de su comportamiento y del estado de su conciencia.

Los orígenes del término narrador están vinculados a la literatura. Se supone que el mismo Homero fue uno de ellos y que anduvo “narrando” oralmente su “Ilíada”. Aunque en nuestro medio el término tiene otra connotación. En opinión de Frank Guevara, autor del libro “La locución: técnica y práctica”, casi desde sus inicios la radio necesitó del locutor para interviniera en el drama, la comedia y la aventura como voz conductora.

Agrega la fuente que al describir la interacción de los personajes, el narrador facilita la comprensión del mensaje. Luego de haber tenido la suerte de escuchar a profesionales de esta especialidad como Fernando Alcorta y Jesús López Gómez, y más cerca en el tiempo a Samuel Urquía, Frank Espinosa y Marlon Alarcón Santana, es fácil estar de acuerdo con Guevara en que el narrador debe poseer especiales condiciones como artista y estar en sintonía con el mismo nivel emotivo que mantienen los personajes.

Se ha discutido mucho en los últimos tiempos acerca de la pertinencia de su empleo. Se ha dicho que el oyente de hoy está mucho mejor preparar para captar determinadas acciones sin que se precisen las “acotaciones” del narrador. También es cierto que los efectos, la música y el propio trabajo de los actores –en determinados momentos- pueden ofrecer informaciones que tradicionalmente se han puesto en boca del narrador. Hay escritores como Ernesto Daranas que lo han excluido totalmente de sus propuestas. En cambio, otros lo han utilizado de manera muy creativa, elevándolo a categoría de personaje. En tal sentido es muy creativo el trabajo de Joaquín Cuartas.

Yo pienso que, mientras exista el drama en la radio, existirá el narrador. Lo que, lógicamente, sus textos deberán estar bien escritos, como la obra toda y que habrá que pensar en sus posibilidades con originalidad y no simplemente para que haga esimples comentarios acerca de las acciones de los personajes o de sus características de los personajes. Y también habrá que trabajar en aras de que nuestros locutores se interesen por la especialidad y se preparen adecuadamente para ejercerla pues, es importante señalarlo, la narración no vive momentos de esplendor.

sábado, 27 de marzo de 2010

Mi inusitada pasión por el béisbol

No me ruborizo al decir que soy regionalista. Sagüero en primer lugar y parte de Villa Clara, aunque la ciudad de este nombre haya querido adjudicarse espacios de la jurisdicción de la Villa del Undoso desde el siglo XIX.

Me cuesta trabajo entender las características del juego de béisbol, cuando estamos en presencia de una bola o un strike. Pero no importa, una inusitada pasión por la pelota se ha desatado en mí durante las últimas semanas. Acostumbraba a seguir los play off, pero nunca como ahora. Determinados momentos de casi todos los partidos han puesto mis nervios a punto de estallar. Es como si estuviera viendo una película muy emocionante, con la diferencia de que las cosas que suceden en el terreno no respetan un guión.

Jamás pensé que iba a escribir una crónica relacionada con el deporte, pero ya usted lo ve. Aquí estoy con el regionalismo a flor de piel y la convicción de que debemos ganarle al más poderoso, al que cuenta con el estadio más grande y con mayor número de fanáticos. No puedo evitar la bíblica asociación con David y Goliat. Si bien la novena del isabelino tuvo mejores resultados durante todo el campeonato, no son pocos los comentaristas a los que les resulta imposible esconder su simpatía industrialista. A fin de cuentas, los medios de comunicación nacionales están en la capital.

Volviendo a las claves de mi interés por el béisbol, pensaba que desde niño –no sé por qué- siempre me gustó el color naranja y, lo que es más importante: me corre por las venas la misma sangre de Conrado Marrero. Todavía recuerdo a mi abuelo hablando de sus enfrentamientos –de niño- al Guajiro del Laberinto.

Además, aunque él nunca lo supo, fui vecino de Víctor Mesa. Recuerdo ver sus uniformes flameantes en un balcón muy cerca de mi casa en la calle Máximo Gómez.

Sobran las razones en definitiva…pero sólo soy uno más entre miles de villaclareños que han convertido a la pelota en tema de conversación cotidiano por estos días. No hay nadie que no sepa al menos el resultado de los partidos. Gane o nuestra novena, estoy convencido de que nunca como ahora se había disparado el interés de toda Cuba por el final de la Serie Nacional.

Hasta me alegra la idea de que tengamos la oportunidad de festejar el triunfo en casa. Pero necesitamos una victoria para salvar la honrilla ante el público de la Gran Urbe. Ojalá el mismo Dios a quien agradeció modestamente Fredy Asiel Álvarez por el desempeño del equipo el lunes en el “Sandino”, ponga en sus manos los strikes que necesitamos este domingo. ¡Qué nadie lo dude! Este es el ahora o nunca del Villa Clara.

lunes, 22 de marzo de 2010

ECUMÉNICO E INSPIRADOR ENCUENTRO EN LA CIUDAD DEL CANÍMAR



Evaldo Milián fue uno de los tantos hombres que contribuyeron a dotar de fisonomía propia a la radio cubana. Su bregar estuvo asociado a Matanzas…Con el mar esparcido en la sangre, los seguidores de Milián convocaron por segunda vez al taller y concurso que lleva el nombre del desaparecido colega.

A mis imágenes de Matanzas, con sus rayoneras y líquenes putrefactos, se suma ahora el intercambio sobre la radio. La locución y el trabajo de los asesores fueron detonantes de un debate al que se sumaron voces procedentes de Bayamo, Santiago de Cuba, Pinar del Río, Güines y La Habana.

El reencuentro con las multipremiadas actrices Magaly Bernal y Xiomara Fernández, y la confirmación por intermedio del actor y realizador William Quintana de que la Atenas de Cuba es una gran anfitriona, matizaron días matanceros a los que no dedicaría un poema si no fuera porque hilvanar metáforas en la patria chica de Plácido, Milanés y Carilda ruborizaría al más osado bardo.

El “Evaldo Milián” se suma a un sistema de eventos de la UNEAC que, surgidos por iniciativa provincial, se han convertido en una alternativa un “Caracol” que, muchas veces, no mira más allá de los límites capitalinos, e ignora la influencia y aportes de la radio en otras provincias.

Es muy conocido en los predios villaclareños el “Sancta Mareare”, fundado por el artista sagüero Luís Agesta Hernández. Santiago de Cuba tiene su propio “Caracol”. Las filiales de cine, radio y televisión de la UNEAC en Camagüey y Pinar del Río, con mayor o menor fortuna, también han puesto en práctica iniciativas encaminadas a estimular a los artistas de estos conocidos medios.

El evento de Matanzas, probablemente el más joven de todos, se destaca por su austeridad. No son excesivas las pretensiones de una cita que –sin embargo- gana por la organización eficaz y el buen gusto de su programa. No es excluible el afán de perfección. En la medida en que el concurso logre crecer, pudiera acoger a otras formas y especialidades de la realización radial, más allá de la programación cultural y dramatizada. En tanto, los propósitos de la parte teórica pudieran ganar con una mayor intencionalidad.

El “Evaldo Milián” es todavía un evento joven. No suele tener tanta repercusión en una ciudad harto acostumbrada a organizar eventos culturales. Lo acosan un tanto la escasa preparación de los artistas de la radio para el debate. Sus organizadores habrán sentido alguna vez que se cocían en su propia salsa, junto a invitados y concursantes; pero tal mal es común en cualquier parte de Cuba. Ello no ha de diezmar el entusiasmo. La simple posibilidad de tener un espacio para la catarsis, contenta a los artistas. Confío en que, más temprano que tarde, nuestro reclamos encuentran cauce en foros decidores.

Ni el Caracol de la UNEAC, ni el envejecido Festival Nacional de la Radio –cada vez menos inclusivos en su presupuesto y alcance- logran satisfacer la necesidad del diálogo y el reconocimiento entre los artistas de la radio. De tal manera votaré SÍ por encuentros como el “Evaldo Milián” con Matanzas como sede inspiradora y ecuménica.

sábado, 20 de febrero de 2010

Parroquial de Sagua la Grande: 150 años


Resulta imposible hablar de los orígenes de la Iglesia Parroquial de nuestra ciudad sin hacer referencia a los primeros intentos de los sagüeros por poseer un templo católico, desde la época en que el cura de Álvarez trajera de –de vez en vez- la palabra de Dios a los habitantes de “El Embarcadero”.

La fundación misma del pueblo, el ocho de diciembre de 1812, está asociada a la erección de una iglesia. Debió ser una choza de madera y techo de guano la que pudo ofrecer Don Juan Caballero. En 1825, ya con mejor situación económica, Sagua logró hacerse de una ermita de cedro y techo de tejas que, como el templo anterior, estuvo ubicado en las inmediaciones del actual Parque de la Independencia. Sin embargo, aún no había aquí una parroquia y loe vecinos dependían desde el punto de vista eclesiástico de Quemado de Güines.

Una vez más es preciso citar a la figura que mayor impulso dio al desarrollo local durante el siglo XIX: el teniente-gobernador Joaquín Fernández Casariego. Preocupado por dotar a la población de cuánto precisase para su desarrollo, constituyó en el año 1850 la Junta Parroquial, que impulsaría la construcción de un nuevo templo. En marzo de 1856 se procedió a la bendición de lo que sería la primera piedra de la Iglesia Parroquial.

Una crónica reproducida por Antonio Miguel Alcover en su “Historia de Sagua”, califica el acto de imponente y conmovedor. Otro Antonio Miguel Alcover, este también Jaumé, director de la Hoja Económica del Puerto de Sagua la Grande, describe a la calle Cruz –actual Padre Varela- iluminada momentáneamente por luces de Bengala y da cuenta de que la imagen de la Virgen fue trasladada en procesión desde la ermita de madera, hasta el emplazamiento de la nueva iglesia. Agrega el citado texto que “tres lindas niñas conducían en bandejas cubiertas de paño carmesí con franjas d oro, las actas y demás documentos que debían enterrarse bajo la sagrada piedra”.

El cura interino, presbítero Francisco Barroso, procedió a la bendición e inhumación de los documentos. Entre los asistentes a la ceremonia se encontraba el teniente-gobernador Casariego, acompañado por los miembros de la Junta Parroquial constituida para financiar la construcción del nuevo templo.

Aunque resulta difícil hallar referencia de accionar en Sagua, se sabe que la iglesia, conjuntamente con otros proyectos arquitectónicos importantes de la época, es obra del ingeniero belga Coupierre. Antonio Miguel Alcover cuenta en su “Historia..” que hasta los propios cimientos del edificio provocaron complicaciones a los constructores, pues tuvieron que enfrentarse a un terreno cenagoso. El costo total de la obra fue de 65 mil pesos, sin costar el terreno que fue una donación. La Parroquia se inauguró el domingo 19 de febrero de 1860.

Temprano en la mañana un repique de campanas invitó a los fieles a asistir al solemne acto. La elegante fachada, el espacioso pórtico, las puertas de hierro con atributos religiosos, las colosales columnas, las bóvedas capaces de inspirar respeto y admiración, el imponente presbiterio y el altar principal motivaron disímiles elogios en la prensa local.

Es fácil hallar referencias acerca de los valores arquitectónicos de este edificio, acabada joya del neoclasicismo que resalta por limpieza del estilo, por sus dimensiones y por el excelente decorado de sus interiores, evidencia del poderío económico que venía ganando Sagua a mediados del siglo XIX. Es particularmente interesante la visión que ofrece nuestro coterráneo Jorge Mañach 1925.

Arquitectónicamente –expresa- el más digno amador de lo viejo no sabría loarla. Y agrega que es un encanto su misma modestia evangélica. “¡Y las campanas NO tienen rival!” Se regodea entonces en tales elementos al expresar: “Suenan hondo como cuerda de guitarra; atropelladas, como en alarma; optimistas o fúnebres; netas a veces, y a veces como si estuvieran gloriosamente rotas”. Las campanas –concluye- en sugestividad fonética no tienen rival como no sean los timbres de los coches.

Fotos de la Iglesia Parroquial de Sagua la Grande tomadas por Maykel González Vivero





sábado, 13 de febrero de 2010

Olvidar, tarea incumplida


¡Y lo justo y lo necesario no se detienen jamás!
José Martí

No sé si ayer era más vulnerable al sentimiento que de costumbre. En un muro de la calle Colón estaba Yolanda, la más temible de mis maestras en la Primaria. Ni yo, que en aquel tiempo no hablaba por no ofender, me salvé de sus “pedagógicos” castigos. Mi lista de pecados se inauguraba con un par de tareas olvidadas. Temblé cuando Yolanda me conminó a acercarme a su buró. No olvidaré la fuerza de aquella mano en mi antebrazo. Pero lo peor fue que mandara a buscar a mi padre.

Tardé mucho tiempo en explicarme por qué a un número reducido de maestros y profesores nunca les resulté simpático. Me convertí en una molestia para quien ejercía el poder, por el simple hecho de existir.

Al cabo de los años, mi ingreso a la radio molestó a un colega al parecer advertía más valores en mí de los que yo mismo tenía conciencia. “Es un diamante en bruto”, le dijo a una amiga. Pero por ser diamante tuve que conocer "a la fuerza", cómo es el mundo del arte, con celos (anti) profesionales y bretes. Un día de buenas a prmeras, "el personaje" desapareció. Cambió la radio por un oficio entonces mejor remunerado. Y yo seguí.


Con los años, además de envejcer, uno comprende que ningún mal dura cien años y que el agua de hoy difícilmente moverá molinos mañana.

El tiempo cura hasta la espinas del rencor. Me partió el alma la imagen ajada de mi maestra de Primaria. Remató el dolor escuchar su voz, ya contundente como hasta veinte años; sino como quebrada, suspirando:

-Adiós caballero.

Hubiera preferido regresarla a los tiempos de mi infancia. Aunque ni con sus castigos logró que hiciera las tareas en casa.

miércoles, 20 de enero de 2010

LA LAGUNA DE HOYUELOS

Todavía se observa el declive terreno donde antes se hallaba la laguna. No he podido averiguar con qué fín se construyeron estas columnas

Todavía Sagua recuerda la leyenda de la India Sención, que sitúa en las inmediaciones de la Laguna de Hoyuelos el hogar de la joven cuyo brazo se quedó prendido a la cara de la madre luego de golpear a la progenitora. Está muy difundida otra historia recurrente en el folklor cubano: la de la madre de aguas. Muchos aseguraban haber visto una sombra negra que devoraba todo cuanto encontraba en su camino.

Pero, en realidad, el peligro mayor de la laguna no era el causado por una figura monstruosa, sino el de la contaminación. Aunque algunas fuentes refieren que hubo bandadas de patos y otras especies en la laguna, consigna Antonio Miguel Alcover en su “Historia de Sagua” que en el siglo XIX constituyó interés de los parroquianos su desecación, pese a ciertos intereses contrapuestos. Del acuatorio solían proveerse la empresa del ferrocarril y el taller de maderas. También, de las inmediaciones se sacaba lodo que servía de materia prima a múltiples tejares radicados en la Villa del Undoso.

Luego de la desastrosa inundación provocada por el río en 1906, el gobierno concedió al municipio el presupuesto para acometer varias obras de interés público, entre ellas la definitiva desecación de la Laguna de Hoyuelos. La acción fue encargada al agrimensor Pedro Marino Ruiz Rojas, quien a fines de los años treinta narraría en su folleto “Recorriendo a Sagua” que, si bien el estanque llegó a tener comunicación con el río por un estero que desembocaba cerca de la calle Pozos Dulces, era esencialmente un foco de infecciones.

Teniendo en cuenta la existencia de un subsuelo bastante permeable, Ruiz Rojas estableció un grupo de pozos absorbentes de entre diez y doce metros de profundidad, que terminaron “tragando” a la laguna en 1909.

La existencia de un estanque al final de las calles General Lee, Plácido y Libertadores, adquiere ribetes cada vez más legendarios. Ninguna de las actuales generaciones de sagüeros llegó a verlo, aunque los residentes en la zona conocida tradicionalmente como “La laguna” pueden contar de las inundaciones que, en determinados períodos de lluvia, han invadido sus hogares.

De vez en cuando la naturaleza se empecina en devolver su condición natural a algunas hectáreas de terreno bajo en las inmediaciones del patio ferroviario, pero de Hoyuelos apenas nos quedan las referencias de Pedro Marino Ruiz Rojas y Alcover, y las legendarias narraciones de la Madre de Aguas y la India Sención.

lunes, 18 de enero de 2010

HAITÍ: SIN PREGUNTAR POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS

Erwin Salazar Sánchez es un joven médico que se especializa como cirujano en el hospital general de Moa. Es mi amigo. Nos comunicábamos asiduamente por correo electrónico hasta el pasado miércoles 13 de enero.

Hola Adrián:

Lamento mucho no poder escribirte más al menos por ahora...

Pensé que había confrontado problemas con la computadora o con la conexión…

....Salgo para la Habana mañana y luego para Haití en la brigada que prestará ayuda....te escribiré...Hasta pronto.

Un abrazo

Er……………….

Edwin integró la primera brigada de galenos cubanos que se fue a mitigar el dolor en la tierra de Mackandal. Pese a la promesa de volver a escribir, comprendo por qué no lo ha hecho. Supongo que no tendrá si quiera la oportunidad de leer este mensaje. De acuerdo con despachos de periodísticos, los doctores cubanos laboran unas 18 horas diarias.

Primero fueron los huracanes; ahora, un terremoto. ¡No podía haber sido más cruel la naturaleza! Los datos sobre Haití antes de la nueva catástrofe ya eran sobrecogedores: la esperanza de vida apenas sobrepasa los cincuenta años, es el país más pobre del hemisferio occidental… Paradoja del destino con la primera tierra que se zafó del yugo colonial al sur del río Bravo.

Ando con el corazón desecho por las imágenes de la tragedia haitiana que me llegan a través de la pantalla del televisor, o del ordenador. Aunque dicen que el sensacionalismo de la televisión capitalista es comparado con lo que se percibe allí en vivo y en directo.

Por estos resuenan en mis oídos los lamentos de Marta Jean-Claude implorando el bien divino para el pueblo que la artista nos hizo admirar. Cuba entera ha vuelto su mirada hacia el cercano vecino y lo abraza. Somos unos cuantos los que por dispuestos a viajar a Haití, al menos para levantar las piedras de las edificaciones que trochan vidas. Pero los imprescindibles ahora son los médicos. Y allí están mi amigo Erwin y muchos otros, despabilando corazones, desafiando a la propia tierra que insiste en sacudirse bajo el suelo de Puerto Príncipe, sin preguntar por quién doblan las campanas.