lunes, 6 de septiembre de 2010

ESTE ARAMÍS ME HA PUESTO LOS PELOS DE PUNTA

No me canso de sentir admiración por un puñado de artistas verdaderos; de esos que, lejos de alimentar la vanidad, se pegan duro al trabajo y entregan lo mejor de sí para, tras escuchar un merecido elogio, interrogar ingenuamente: “¿De verdad que me quedó bien?”.


La pregunta ilumina mis recuerdos de Aramís Delgado. Lo conocí en Sagua la Grande durante el rodaje de un telefilme. Mis obligaciones como asistente de dirección de cuando en cuando me dejaron un chance para conversar con los actores y hasta para compartir la mesa con algunos de ellos; los suficientes para que Aramís me recordara cuando me tropecé con él en un pequeño parque de la habanera calle 25, frente a la librería “Generación del centenario”. Entonces no tuvo reparos en contarme detalles de un nuevo trabajo para el cine, a las órdenes de Juan Carlos Cremata. Hablaba de su personaje como un niño con juguete nuevo.



No importa si me equivoco: Al parecer no hay nada más importante en su vida que la actuación. A fuerza de tanto buen desempeño actoral desde que, a las órdenes de Tomás Gutiérrez Alea, tuvo una fugaz aparición en “Memorias del subdesarrollo”, Aramís se ha multiplicado en cientos de personalidades. Con muchas ha ganado el odio más enconado, como sucedió con el aborrecible hacendado de “El eco de las piedras”.

Pero quien tenga el privilegio de conocer a Aramís se convence de que la única maldad que alberga en su alma es aquella que ha usado para dotar de vida sus personajes. Durante aquellas jornadas de grabación en Sagua lo recuerdo puntual, disciplinado; jamás tuvo que repetir un bocadillo porque se olvidara la letra…


Parece que su consagración era ya un hecho…y ahora se me aparece con su juez de “Chamaco” y me pone los pelos de punta este Aramís. Con su juez “cazador” de chicos y padre de familia hipócrita, más que conmoverme, me desarma. Excepcional destaque merece en el escena en que, tras el asesinato del hijo, conversa con el encubierto homicida y dice: “Quisiera tener delante en el tribunal a ese cabrón para preguntarle…..¿y qué coño le voy a preguntar chamaco?



¡No podía contar con un actor mejor para su película Juan Carlos Cremata! Ojalá muy pronto toda Cuba pueda apreciar este filme basado en la obra teatral de Amed González Melo; una contundente radiografía de La Habana nocturna, de sus lugares oscuros, de sus vicios y manquedades….



Querido Aramís, no tengo ni tu dirección ni tu teléfono; no llegamos a ser amigos. Quizá en un viaje futuro a la capital no tenga la oportunidad de encontrarte tomando un respiro en algún parquecito del Vedado; pero gracias a “Chamaco”, te tengo cerca y preguntándome una vez más: “¿De verdad que me quedó bien?”.