Volví a intentarlo, pero no pude. Se lo había propuesto a mi amigo Reinaldo Cedeño. Podíamos hacerlo todos los de “Cuba Blogs Club”. Pero no sirvo para eso, definitivamente.
Había pensando en hacer balance del año. “El 2008 para mí”, o algo así, como una composición escolar. Lo pospuse tantas veces, que ahora me doy cuenta que no tengo tiempo para eso. En unos minutos debo estar al aire con un programa en vivo en la radio.
Las personas necesitamos inventarnos pretextos para escapar del letargo que la vida impone. Esa es la única razón por la que tenemos el 31 de diciembre. Si se trata de repartir amor y de abrazar a quien queremos, no hay que esperar al último día del año. Podemos intentarlo desde mañana.
Quizá los lectores agradezcan mi impotencia. Sabe Dios cuánta carga hubiera representado enterarse de que mi ordenador personal se descompuso ocho o nueve veces. También le hubiera podido contar de cierto canal de televisión que no le levanta las sanciones a un tal Adrián Quintero (cosas del mundillo profesional). ¡Y qué decir de rutina en la radio! De deseos insatisfechos puedo decir algunas cosas… Pero no.
¿Presume usted cierta amargura en mis palabras? ¡Ni modo! Cuba Blogs Club constituye la evidencia más palpable de lo contrario. Sumar a mis deberes diarios “luchar” una computadora para conectarme y publicar, o leer lo que publican mis amigos constituye uno de los placeres que me dejó 2008.
Entonces, de lo que no me declararé impotente es de felicitarles por el advenimiento de 2009. Lectores y colegas blogeros, nos les quepa la menor duda de que, como evidencia del verbo honesto y comprometido, seguiré desnudándome.
Había pensando en hacer balance del año. “El 2008 para mí”, o algo así, como una composición escolar. Lo pospuse tantas veces, que ahora me doy cuenta que no tengo tiempo para eso. En unos minutos debo estar al aire con un programa en vivo en la radio.
Las personas necesitamos inventarnos pretextos para escapar del letargo que la vida impone. Esa es la única razón por la que tenemos el 31 de diciembre. Si se trata de repartir amor y de abrazar a quien queremos, no hay que esperar al último día del año. Podemos intentarlo desde mañana.
Quizá los lectores agradezcan mi impotencia. Sabe Dios cuánta carga hubiera representado enterarse de que mi ordenador personal se descompuso ocho o nueve veces. También le hubiera podido contar de cierto canal de televisión que no le levanta las sanciones a un tal Adrián Quintero (cosas del mundillo profesional). ¡Y qué decir de rutina en la radio! De deseos insatisfechos puedo decir algunas cosas… Pero no.
¿Presume usted cierta amargura en mis palabras? ¡Ni modo! Cuba Blogs Club constituye la evidencia más palpable de lo contrario. Sumar a mis deberes diarios “luchar” una computadora para conectarme y publicar, o leer lo que publican mis amigos constituye uno de los placeres que me dejó 2008.
Entonces, de lo que no me declararé impotente es de felicitarles por el advenimiento de 2009. Lectores y colegas blogeros, nos les quepa la menor duda de que, como evidencia del verbo honesto y comprometido, seguiré desnudándome.