miércoles, 25 de febrero de 2009

LA CAMPANA DEL SANTA TERESA


Me atrevería a asegurar que es el único vestigio que queda del siglo XIX en uno de los primeros ingenios de Las Villas. ¿Habrá llamado alguna vez para el trabajo a Esteban Montejo?
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Realmente el personaje inmortalizado por Miguel Barnet en “Biografía de un cimarrón” trabajó en otras zonas, aunque está comprobado nació en Santa Teresa.

En la fértil comarca de Sitiecito, en el valle del río Sagua la Grande estuvieron las primeras plantaciones cañeras del Santa Teresa, construido en el año 1832. Al concluir La Guerra de los Diez Años, en 1878, formaba parte de los 160 trapiches que colmaban la región de Sagua la Grande, desde el río La Palma, al oeste, hasta las inmediaciones de Remedios.

El poblado de Sitiecito es presumiblemente más viejo que el propio ingenio. En la zona existieron cortes de madera en el siglo XVIII y posteriormente surgieron varios sitios de labor. Probablemente la existencia de siete, motivó el topónimo actual. Aunque algunos historiadores aseguran que se trataba sencillamente de un sitio pequeño, un “sitiecito”.

En Sietiecito el ferrocarril de la Villa del Undoso tenía dos ramales: uno partía de allí hasta Cifuentes y el otro –el más antiguo y preciado- seguía el curso del río hasta Santo Domingo y luego a Las Cruces, para unirse con las paralelas de Cienfuegos.

Al perfeccionarse la fabricación de azúcar, en las postrimerías del siglo XIX, el Santa Teresa siguió activo y todavía lo está luego de las más recientes transformaciones de la industria del dulce en Cuba.

El actual central Héctor Rodríguez, cuna de Esteban Montejo, y su histórica campana, persisten como últimos baluartes del poderío azucarera de Sagua la Grande.

martes, 10 de febrero de 2009

Sagua vista por mí. La Farmacia de Canut

El nombre de Enrique Canut Casals está vinculado a los mejores afanes de la Sagua republicana. Sus dos períodos alcaldicios dejaron una estela de obras útiles a la urbanización de esta ciudad. Pero su nombre también está ligado al de Wifredo Lam. Entre los primeros oficios del pintor estuvo el de ayundante del doctor Canut en su famarcia de la calle Colón. Hoy se resiste a desaparecer este hermoso edificio del centro histórico. Construcción colonial diseñada para acoger en sus dos niveles la vivienda y la farmacia. En el siglo xx no pudo resistirse a los influjos del art noveau y se le incorporaron los ornamentos que, lejos de afearlo, acrecentaron su atractivo...






martes, 3 de febrero de 2009

Música en la radio de Cuba. No son todos los que están...


¡Cuántas veces se ha dicho que los cubanos llevamos la música en la sangre! Aunque algunos no seamos capaces de mover las piernas siguiendo los movimientos de un son, bailamos internamente. Y si no bailamos, sentimos. Hay que ver los estados de ánimos que son capaces de suscitar una grabación de Liuba María Hevia, o de Pablo Milanés…

Desde sus primeras transmisiones oficiales, en 1922, la radio cubana se hizo eco de nuestro acervo musical de este país. Algunos fundadores de este noble medio de difusión fueron músicos.

La historia evoca en el programa inaugural de la PWX el diez de octubre de 1922 actuó una entonces joven, pero ya talentosa Rita Montaner. En tiempos de la radio comercial y de la monopolizada, en las décadas del cuarenta y el cincuenta, respectivamente, eran habituales en CMQ, Progreso y otras emisoras los programas exclusivos con solistas y agrupaciones musicales de gran popularidad.

He escuchado las presentaciones espectaculares que les hacía el locutor sagüero Jesús López Gómez a los miembros de la orquesta Aragón en Radio Progreso, cuando decía “Los aragonísimos”.

Las nuevas tecnologías, lejos de limitarnos, han propiciado que los productores de hoy, tengamos a nuestra disposición en cintas magnetofónicas, en discos compactos, o en los servidores de las computadoras, un arsenal de música bastante variado…Pero…NO son todos los que están ni están todos los que son…

En materia de difusión musical, aún no está dicha la última palabra, ni lo estará…Hay que preguntas a las que a nosotros mismos, que estamos en el medio, nos cuesta trabajo contestarnos. En frecuentes ocasiones nos enteramos que Omara Portuondo, o Paulo F. G. presentaron un nuevo disco y nos vemos imposibilitados de ofrecerlo.

La Dirección de Música de la Radio cubana está encargada de enviar grabaciones a las más de noventa emisoras que actualmente existen en el país. Pero no siempre le es posible hacerlo con la inmediatez que se precisa.

A veces las disqueras ponen sus producciones a disposición de los medios; a veces, no. Es más complejo el asunto si el artista, aún cuando sea nuestro compatriota, grabó con una disquera extranjera. Eso explica, de algún modo, que los fonogramas grabados por integrantes del Buenavista Social Club apenas se conozcan en Cuba.

Si en mis programas de Radio Sagua he difundidos temas del disco “Gracias”, de Omara Portuondo es gracias a la generosidad de un amigo. Porque el CD no llegó por la “vía oficial” y casi nunca llegue. Omara graba con una compañía extranjera.
Paradójicamente, la radio debe cumplir con una política musical que privilegie la difusión de la música criolla…Estoy de acuerdo, pero no siempre la tenemos, o no está actualizada.

Podrá notar el lector que es difícil estar en el pellejo de un productor musical, tratando de satisfacer a quienes dictan la política de difusión, a quienes consumen nuestro producto y a nosotros mismos que hemos forjado un estilo para el programa.

Naturalmente, creo que nuestras propuestas musicales pueden ser más atractivas si nos preocupamos por buscar más, por desempolvar archivos como decía una locutora amiga, por indagar qué hay de nuevo en las computadoras y estar informados.

La música, hasta en los espacios informativos, tiene una importancia capital. Contribuye a aportar identidad a nuestra propuesta, a hacerla atractiva y a dignificarla como producto comunicativo con valores artísticos.

domingo, 1 de febrero de 2009

BENNY MORÉ. ¡QUE BÁRBARO!


No tengo pruebas de que Benny Moré se haya presentado alguna vez en Sagua. Aunque no está tan lejos todavía la época que le tocó vivir al Bárbaro del Ritmo como para desestimar el testimonio de algunos sesentones que aseguran haberlo visto actuar, incluso, en el pequeño poblado de Sitiecito.

Sagua la Grande no figura en la amplia lista de localidades a las que el Benny les cantó. Aún así en la Villa del Undoso, como en cualquier parte de Cuba, perdura el recuerdo de ese artista excepcional.

Hoy desperté con esa “fiebre de ti”, esas “ansias vehementes” que, brotando de su garganta, constituyen gozo para el espíritu. Recuerdo a la poeta Fina García Marruz haciendo referencia a “su voz extrañamente delicada” y añade que “oíamos la muerte en aquel modo de decir ‘Vida’”.

Particularmente prefiero al Benny de los boleros. Está claro que también debemos considerar que, con el sonido de impecable de su jazz band, internacionalizó el son y acrecentó el delirio que el mambo causaba desde que Pérez Prado lanzó el Nuevo Ritmo.

La versatilidad del Sinsonte Lajero es innegable, pero yo prefiero acercar mis oídos a los requiebros de “Y hoy como ayer”, o a las certezas de “Te quedarás”, boleros de Pedro Vega y Alberto Barreto, respectivamente. También Benny fue un ocasional, pero certero compositor de temas cercanos a la temática amorosa. Valga mencionar “Dolor y perdón” y el menos conocido “Ahora son tan feliz”, que no son los únicos de un catálogo autoral nada desdeñable.

El bolero invita a la escucha atenta más que cualquier otro género. Aunque en el caso de nuestro homenajeado, siempre se produjo un fenómeno esbozado por Leo Brouwer: Sin importar de que género se tratara, los bailadores preferían quedarse quietos frente al estrado donde actuaba Benny para contemplar el espectáculo.

Era un fenómeno insólito en un país bailador como el nuestro. Es que el artista poseía lo que Lorca definía como un misterio que debe buscarse en la última habitación de la sangre: duende.

Cuba no ignora que en 2008 se cumplirán noventa años del nacimiento de Benny en Santa Isabel de las Lajas, un pequeño pueblo de la provincia de Cienfuegos que hoy sería totalmente desconocido si Moré no le hubiese dedicado una de sus composiciones.

Los medios de prensa revelan que el tributo, previsto de febrero a agosto, incluirá veladas artísticas en teatros y salones de baile que entremezclarán bolero, jazz, son, charangas y música folclórica para recordar al "Bárbaro del ritmo".

Para agosto, el mes de su nacimiento, el programa incluye el Festival Internacional "Benny Moré" y "un coloquio sobre la vida y obra" del músico. Además, se entregarán "reconocimientos" a figuras de la música popular cubana en el "Alí Bar", el club donde hizo historia en la década de 1950.

Según los organizadores, citados por la agencia española EFE, se materializarán iniciativas fuera del ámbito musical, como la de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, que comercializará una tarjeta telefónica con la imagen de Moré por su aniversario.

Cuando intentamos explicarnos el fenómeno que fue y es Maximiliano Moré, lo primero que se pone de manifiesto es su sello personalísimo. Algo que los dioses sólo conceden a un número reducido de artistas; llámense Bola de Nieve, o La Lupe, o Elena Burke….

Senobio Faget explica esto aludiendo a una terminología acuñada por el poeta Mario Benedetti: la teatralidad de la vida; lo que anda cerca de los sentimientos más auténticos de los seres humanos. Las canciones de su repertorio, nada ajena a las renovaciones que el movimiento del filin había impuesto desde la década del cuarenta, tocaron los registros de la sentimentalidad popular.

Hoy he despertado con la voz del Benny en los oídos. Me obsequiaron cinco discos con sus grabaciones de los años cincuenta. Escuchando “Fiebre de ti” hilvano mi propio homenaje. Nadie consigue superarlo. ¡Qué bárbaro suena este tipo a los noventa!