lunes, 27 de octubre de 2008

¿Por qué llamamos a Sagua la Grande La Villa del Undoso?

Para explicar el por qué de la denominación los sagüeros aludimos al poeta Gabriel de la Concepción Valdés y a sus vínculos con esta ciudad.
Estimado por Virgilio López Lemus como un versificador espontáneo, interesado en los asientos domésticos e inmediatos, no parece absurdo que Plácido le haya dedicado un poema al río Sagua la Grande. Lo hizo con diversos elementos de la naturaleza en los tantos parajes de Cuba que visitó.
Según apuntes que el fallecido periodista Tomás Aguilera Hernández, el poeta visitó a Sagua varias veces hacia el año mil 840 en busca de materiales para sostener su oficio de peinetero. José Lezama Lima da cuenta en el volumen de inéditos "Fascinación de la memoria" que en el centro de la isla Plácido conoció a Francisco Pobeda Armenteros, quien luego se convertiría en notario de la Iglesia Parroquial. El autor de “Paradiso” asegura que Gabriel de la Concepción y el iniciador de la poesía criollista, por muchos años residente en Sagua, sostuvieron inolvidables controversias.
También puede asegurarse que Plácido conoció el río Sagua la Grande. Lo menciona en el poema “El veguero”: “Tú sola en Manicaragua/ brillarás, linda hechicera/ como del fecundo Sagua/ en la sonante ribera/ brilla la flor de majagua”. Pero no hemos hallado texto alguno donde el versificador decimonónico se refiera a nuestro río como el “Undoso”. Tampoco son comunes las publicaciones del siglo XIX donde se hable de Sagua la Grande como la Villa del Undoso. Sólo en las postrimerías de la centuria comeinza a generalizarse tal denominación. Antonio Miguel Alcover lo emplea en su "Historia de Sagua", editada en 1905.
Probablemente los sagüeros nos sentiríamos muy defraudados si tuviéramos que dejar de atribuirle el adjetivo al insigne poeta asesinado en mil 844. Su nombre todavía hoy sigue teniendo una connotación especial en Sagua la Grande. Incluso, desde 1899 la antigua calle Musas es conocida como Plácido.
Seguimos pensando que, gracias a Gabriel de la Concepción Valdés esta ciudad ganó el hermoso calificativo de “La Villa del Undoso”, aunque el tema deje abierta una brecha a nuevas y más acuciosas investigaciones.

sábado, 25 de octubre de 2008

El día que las piedras vuelvan a contar la historia

En un afán a veces desmedido de renovación, los nacidos en Sagua la Grande hemos borrado una y otra vez los vestigios de un pasado del que, definitivamente, nunca vamos a despojarnos.

Bajo el suelo del parque La Libertad, casi en el centro, yace sepultado una pequeña columna. Sobre el granito negro tenía estampada la siguiente inscripción: “1er Período 1850-1855. 2do Período 1857-1860. Sagua la Grande. A la memoria del Tte. Coronel Don Joaquín Fernández Casariego por su labor constructiva”.

Se sabe que Casariego estuvo al frente del gobierno en varias ciudades; pero ninguna conserva tantos indicios de su obra bienhechora como la Villa del Undoso. ¿Sentiría algún afecto particular por la plaza donde gobernó durante dos períodos? ¿Por qué los sagüeros desaparecieron el monumento que ellos mismos le tributaron?

Tenemos otra evidencia de la desmemoria. En 1905 Antonio Miguel Alcover lamenta que el nombre de Casariego fuera borrado de la calle de Sagua que lo llevaba….”porque un ayuntamiento entendió así el patriotismo y su deber”.
Sin faltar a la objetividad tan cara para el investigador, el autor de “Historia de la Villa de Sagua la Grande y su jurisdicción” fustiga a quienes, en medio de la efervescencia republicana, “demolían reputaciones por sólidas que fueran”. Cien años después Sagua la Grande continúa en deuda con el ilustre español.

Sería interesante preguntarse cómo hubiera actuado Casariego en caso de estar al frente del gobierno durante los tiempos de la guerra. Pero la historia, si bien está sujeta a la interpretación de los hombres, trabaja con evidencias y los períodos de gobierno de este hombre fueron políticamente muy apacibles. Se sabe que trató de evitar que la ciudad se viera involucrada en actos independentistas y fue un acérrimo detractor de la trata negrera. Alcocer da cuenta que lideró la captura en nuestra costa de dos bergantines destinados al comercio de esclavos.

Los elementos con los que hoy contamos para llegar a conclusiones, sólo dan fe de un Casariego preocupado por el progreso de la incipiente Villa del Undoso. Realmente no era la postura común entre los militares españoles que tenían a su cargo el destino de los pueblos en “la siempre fiel Isla de Cuba”.

En su edición del 25 de mayo de 1860, coincidiendo con el fin de su segundo período de mandato de Casariego en nuestra villa, La Hoja Económica del Puerto de Sagua la Grande publica un amplio informe acerca de la gestión del gobernante. Otro Antonio Miguel Alcover, este Jaumé, consigna: “Como escribimos hoy para los que desconocen prácticamente el terreno que pisamos, fuerza será retroceder ocho o nueve años y recordar la situación de Sagua en 1850, cuando por primera vez se hizo cargo de la tenencia de gobierno el Sr. D. Joaquín Fernández Casariego”.

Posteriormente Alcover y Jaumé enumera las principales obras acometidas por el militar español durante sus dos períodos de gobierno: los sólidos puentes de Isabel Segunda y Príncipe Alfonso, en la calle Colón; así como otros en caminos de la jurisdicción, sobre los ríos Yabú y Maguaraya. Fundó escuelas; construyó el cementerio católico, la cárcel, las parroquias de Cifuentes, Quemado de Güines y Sagua la Grande; proyectó la construcción del hospital civil, la composición de numerosas calles y la aprobación de importantes normas que impulsaron la urbanización.

Gracias al impulso de Casariego, que lo tuvo como eficiente administrador, el ferrocarril surca las tierras de Sagua la Grande en la década de 1850 y se convierte en motor impulsor de nuestra emergente industria azucarera.

Resalta como imperecedero el sistema de cloacas; una obra sin precedentes en la Cuba de entonces, una empresa demasiado costosa para una ciudad naciente. A la postre, nuestro homenajeado terminaría consagrándose como un precursor extraordinario. El alcantarillado de Sagua, cuidadosamente planeado y construido a mediados del siglo XIX, todavía presta servicios.

El llamado Genio Protector de Sagua había nacido en Galicia el 15 de octubre de 1814. Estudió la carrera de Derecho por algún tiempo, hasta que en 1834 se integró a la vida militar. Asistió a momentos históricos relevantes, como la rúbrica del Convenio de Vergara, que puso fin a la primera Guerra Carlista. En 1842 vino a Cuba como capitán. Fungió como teniente-gobernador en Sancti Spiritus y Cárdenas, además de Sagua. Luego estuvo a cargo de la policía civil de toda la isla. Antonio Miguel Alcover consigna que en 1867 regresó a España enfermo, sin precisar qué mal lo aquejaba. Falleció el 28 de junio de ese mismo año.

El historiador aseguraba haber extraído tales datos de una carpeta donde podía leerse “Papeles privados de J. C. Documentos en los que se me elogia indebidamente”.

Era un hombre sencillo el militar español, acreedor del elogio de Ramón de la Sagra. En su “Historia Física económica-política, intelectual y moral de la Isla de Cuba” lo describe como un hombre paciente y amable. “El escritor que un día elabore la historia del pueblo -vaticina La Sagra-, tendrá que nombrar con frecuencia Joaquín Fernández Casariego.

Alcover legitima su impronta y apela a diversos recursos para promover el conocimiento de su obra. Hasta colocó su retrato en una humilde vidriera de tabacos. Luego Francisco de Paula y Machado encarga al artista español Monturiol un óleo con la imagen del insigne militar. Ninguna institución accede a recibir el cuadro que Machado desea donar: ni el Casino Español, ni el Liceo…En 1945, varios sagüeros consiguen construir la pequeña columna del parque La Libertad. Parecía que, finalmente, Casariego sería reivindicado. Pero ya se sabe cuál fue la suerte del monumento.
Los últimos siglos han propiciado el descubrimiento de viejas civilizaciones. En Ciudad de Méjico, bajo los cimientos de la Catedral, volvieron a la luz las piedras de Tenochticlán. El pasado persiste en regresar para moldear nuestra visión del presente. También un día el obelisco de Casariego se alzará de su sepultura para propiciar nuestro reencuentro con un período insoslayable.

viernes, 24 de octubre de 2008

Sagua la Grande vista por mí (IV)


BALCONES

Transitamos apremiados por el tiempo, sin mirar hacia arriba. Y nos perdemos no sólo las maravillas de la arquitectura; hasta expresiones interesantes, algún rostro digno de da Vinci, sábanas blancas o teñidas e, incluso, la mirada escrutadora de una chismosa...





Fotos de Adrián Quintero y Maikel González Vivero.

domingo, 19 de octubre de 2008

Una crónica de Jorge Mañach dedicada a Bayamo


En víspera del Día de la Cultura Cubana mi orgullo de sagüero (que no es poco) crece al descubrir que un lúcido coterráneo escribió sobre la forja de nuestra nación. Me refiero a Jorge Mañach Robato, quien en sus afanes de recorrer toda Cuba, conoció el Bayamo de 1923.

La crónica, recogida en el libro “Glosario”, se denomina “La villa taciturna y heroica” y comienza con una pregunta de Mañach: Bayamo…¿recordáis aquella página augusta? Luego menciona a Carlos Manuel y reconoce su impronta como independentista y anti esclavista, Carlos Manuel a secas porque así lo nombran en Bayamo; Carlos Manuel proclamando dos libertades es la esquila de su ingenio. Y en una mañana de sol –agrega el autor- llega a Carlos Manuel encendido de fervor, a Bayamo; a las puertas y ventanas de heroico sino, asomaron mil ojos para admirar su catadura.

El cronista evoca el incendio de Bayamo con fina prosa: Amagada de punitivas represalias, Bayamo se convirtió, por la mano de sus propios hijos, en una brasa gloriosa. Aquí están las ruinas todavía. A la vista de ellas, el ánimo se encoge con una melancolía reverente y medrosa, como la que se siente ante el definitivo y enorme misterio de las viejas tumbas.

El texto apareció en una época en que la conciencia nacional se encontraba bastante confundida por la evidencia de que aquella no era la república soñada por los próceres independentistas. La memoria histórica se perdía. El propio Mañach se confiesa incapaz de valorar algunos acontecimientos cuando expresa: Yo no sé a ciencia cierta cuáles fueron las razones íntimas y prácticas de aquella tu quemazón gloriosa” . Y proclama el pensador sagüero: “¡Está tan por hacer nuestra historia! A la postre resalta el patriotismo que caracterizó al sagüero: Si hubiese razones, para la multitud al menos, no ha de desvirtuarse el ejemplo lírico de tu gesto numantino.

Así habló de Jorge Mañach de Bayamo, donde –según sus propias palabras- tuvo lugar nuestra primera gran lección de sacrificio patriótico.

Mi nuevo blog

A partir de ahora mis pareceres sobre el mundo de la radio, la televisión y otras áreas de la cultura, aparecerán en el nuevo blog "Palabra desnuda". Ya puede hallar allí el comentario "Escrito por el asesor", con opiniones sobre el polémico desempeño de estos especialistas en la radio y la televisión cubanas.
http://palabradesnuda.blogspot.com

jueves, 16 de octubre de 2008

SAGUA LA GRANDE: LA OTRA CIUDAD DE LOS PUENTES

El hombre sintió la necesidad de llegar a la otra orilla, de averiguar que había más allá. Entonces ideó el puente para que el río dejara de ser derrotero. El puente, más que mera obra de ingeniería, me ha parecido prueba del afán humano por establecer lazos, por comunicarse.

Hay personas capaces de tender uno a cada paso, mientras otras limitan la posibilidad del encuentro. Elogio a quienes, además de favorecer la unión de voces de ideas, dieron forma a la piedra o al hierro para tender los puentes que hoy respiran en la ciudad. Algunos están a la vista sólo parcialmente, o incluso, no están; pero tal vez todavía latan bajo los pasos agitados del caminante.

Sagua la Grande es también ciudad de los puentes. Quien escribe no pretende quitar el cetro a la hermosa Matanzas. Apenas a un solo le hemos concedido cetros y sellos postales; pero ni siquiera el arrollador talaje de El Triunfo, resta garbo a la estructura de piedra del puente Príncipe Alfonso. No porque el arroyo de Contreras, o de la Tenería, con el tiempo pasara a ser tan sólo “El estero”, ha desaparecido la brillantez del viaducto, idea de un hombre que no por representar de la metrópoli, limitó el abrazo con los sagüeros: el teniente-gobernador Joaquín Fernández Casariego.



El puente Príncipe Alfonso, nombrado así de un honor del vástago de Isabel II, con tres arcos y 160 años sobre sus piedras, conserva las barandillas de fina herrería y bancos adosados que facilitaban el reposo del caminante.

Cerca de allí, el cineasta Humberto Solás filmó algunos planos del documental “Wifredo Lam”, donde el célebre pintor aseguraba que el entorno del puente era uno de sus sitios predilectos durante la Sagua de principios del siglo veinte.

Al otro lado de la ciudad desaparecía la posibilidad de lo ignoto para la calle Real de Colón gracias a otro puente que cruzaba sobre un arroyo ya inexistente, cerca del sitio donde se hallan los edificios delimitados también por General Lee y Solís. Tenía el nombre de la soberana española. Los sagüeros de hoy no asocian a Isabel II con puente alguno, pero es probable que la estructura pétrea del viaducto yazca bajo sus pasos en “Real de Colón”.

Pero el más antiguo puente de Sagua la Grande, de tan modesto, pasa inadvertido para casi todo el mundo en la calle Clara Barton. Apenas una mansa cañada corre por debajo de la única luz que permaneció a salvo del relleno en la antigua calle Progreso. Algún tipo de reconocimiento oficial, como el de Monumento, merece el puentecillo, considerado la primera obra de utilidad pública de que se tiene noticia en Sagua. Permitió que “Isla verde” dejara de ser prisionera del arroyo y del río; y facilitó el tránsito de los sagüeros de la primera mitad del siglo XIX hasta “La chorrera”, considerado el sitio ideal para proveerse de agua en el río. Entonces el líquido era más que preciado en la Villa del Undoso.

EL RETO IMPUESTO POR EL UNDOSO.

Más dilatada y compleja es la historia del puente El Triunfo. Constituyó preocupación de los sagüeros fundadores salvar el abismo trazado por el Undoso. Pero por mucho tiempo tuvieron que valerse de botes, andariveles y otros artilugios. Fue en las postrimerías del siglo XIX cuando, urgidos por la contienda bélica, lograron hacer realidad el viejo anhelo. El alcalde Marcelino García se encargó de defender una moción para edificar en 1895 lo que se conocería como “Puente Militar”, que no fue El Triunfo.

Se trataba de una gran armazón de madera con varias columnas que el río se resistió a tener plantadas sobre su lecho por mucho tiempo. En la primera crecida se fue a bolina el Militar, para dar paso a un puente mucho más sólido. Inaugurado el veinte de mayo de 1905, lleva el nombre de El Triunfo en conmemoración de la entrada victoriosa de las huestes del general José Luis Robau por ese sitio luego de concluir la Guerra.

Según información aportada por el investigador Juan de las Cuevas en su libro “Quinientos años de construcciones en Cuba”; las obras -dirigidas por Jorge Agramante, ingeniero jefe de la provincia de Santa Clara- se iniciaron en noviembre de 1903. La misma fuente aporta datos interesantes sobre esta obra de ingeniería, devenida símbolo de la ciudad: la estructura de 68 metros de largo descansa sobre estribos de hormigón hidráulico y el piso original era de tablones de madera que se sustituyeron por rejillas de acero en los años cuarenta.

El puente del Triunfo, haciendo honor a su nombre, ha conjurado la fuerza del río para salir ileso de varias inundaciones. Es cierto que sus días parecieron estar contados cuando en 1986 un vehículo pesado quebró su pavimento. Hubo quien pensó que podía sustituírsele por otro más moderno. Mas el pueblo decidió la permanencia de este venerable coterráneo. Hoy el “Brooklyn minúsculo”, como la denominara Jorge Mañach, espera por una imprescindible reparación, pero persiste en su voluntad de propiciar abrazos de uno y otro lado del río.

miércoles, 15 de octubre de 2008

COLAS

Un año más de nacionalidad cubana y persiste el interés por inventarnos definiciones para lo criollo. No voy a emular con Fernando Ortiz, Lezama Lima, o Jorge Mañach. En todo caso, sería fiel al choteo que mi ilustre coterráneo plasmó en un ensayo de medular importancia. Cuba, entre tantas cosas, es país de las colas. De tal forma llamamos a las filas que se hacen para recibir determinando servicio.

Luís Sexto, uno de los grandes cronistas cubanos de la actualidad, ha escrito que el nuestro es un ritmo vertiginoso que se trasunta al caminar, al hablar. Definitivamente los criollos no somos gente de estar sentados. Nos urge una voluntad de revolucionaria aún cuando -también lo ha alertado Sexto- cierta porción de inmovilidad quiera limitar el desarrollo de la nación.

Las colas, en cambio, son signo inmovilidad. Debemos enfrentarlas con muy diversos propósitos: para obtener un documento oficial, para realizar una operación bancaria, para acceder a un medio de transporte, para entrar a un restaurante, o simplemente para comprar los productos de la canasta básica.

No digo que sean endémicas de esta área del Caribe, pero como el marabú han echado raíces en nuestra tierra. Sin sonrojo admito que la empresa socialista ha sido incapaz de poner en práctica métodos eficaces para combatirlas. Muchas veces las filas están acompañadas de una pariente bien cercana: Burocracia. “Hay que hacer una cola y ya”.

Usted llega, digamos a una agencia de pasajes como la situada cerca de la Terminal de ómnibus nacionales de Santa Clara y contempla cómo un gran número de personas esperan a ser atendidos por una sola taquilla, mientras en las restantes los empleados disfrutan la agradable temperatura que el aire acondicionado les proporciona, sin hacer nada…Y todo sencillamente porque los destinos para los que les corresponde vender no tienen igual demanda. Supuestamente, las cosas están bien ordenadas: tres taquillas distribuidas de acuerdo con el sitio a donde se desee viajar, pero una sola duplica la demanda de las otras dos. Ahí se trabó el paraguas.

En la capitalina Terminal La Coubre, donde la desinformación campean por su respeto, es preciso realizar una enorme fila para inscribirse en la lista de espera de los ómnibus. Los ventanillos también estaban distribuidos por destinos. A varios metros de distancia podían divisarse los carteles: Ventanilla 1, Ventanilla 2, Ventanilla 3…Pero al acercarme pude notar lo desconcertante: las taquillas 1 y 2 se bifurcaban en una sola, había un solo ventanillo. ¡Qué manera tan insólita de burlar al usuario! En vez de cuatro sólo había dos taquillas…A veces el viajero puede tardar más tiempo en anotarse en la consabida lista, que en espera de que aparezca algún ómnibus con capacidades para el sitio a donde desea trasladarse.

Los cubanos nos hemos acostumbrado a aceptar las colas con cierta cuota resignación y, pasivamente, dejamos escapar una de las cosas más preciadas que podemos gozar: el tiempo. Minutos y horas se han ido, a veces, esperando por un simple cuño.

Reconozco que aludir a las colas en vísperas del Día de la Cultura Nacional puede resultar una visión irreverente de la cubanidad. Pero tales aglomeraciones han motivado chistes y anécdotas. Conozco a más de una pareja cuyo amor ha surgido precisamente en una cola. El gran Bola de Nieve podía hablar mucho de su amor por la patria. Pero cuándo en una ocasión se le pregunto si estaba dispuesto a abandonar a Cuba, prefirió responder con displicencia: “Nada de eso, extrañaría la cola del pan”. Aludía a las filas que se formaban en una panadería cercana al restaurante Monseñor, que fuera por mucho tiempo escenario principal del destacado artista en La Habana.

Yo también me quedaré, pero si las colas desaparecieran o por los menos disminuyeran, no sentiría el más mínimo desconcierto. Como tantos otros cubanos, dispondría de más tiempo para dedicarlo a los empeños buenos y útiles que la nación requiere. Entonces, aún arriesgándome a no ser original, hablaría de los tantos y originales elementos que distinguen a los nacidos en esta isla del Caribe.

sábado, 11 de octubre de 2008

CONVOCATORIA AL IV ENCUENTRO NACIONAL LA RADIO EN LA COMUNIDAD


Con el objetivo de realzar el papel y la función de las emisoras municipales dentro de sus comunidades, la Asociación Hermanos Saíz y la Emisora Municipal La Voz de Yaguajay, en coordinación con el Sectorial de Cultura y Arte, la Emisora Provincial CMGL Radio Sancti Spíritus, y la Unión de Jóvenes Comunistas, convocan a todos los realizadores jóvenes de las emisoras municipales del país a participar en el Segundo Evento Nacional La Radio en la Comunidad.

Se participará con arreglo a las siguientes bases:En el evento se aceptarán todas las realizaciones radiales que mejor reflejen los valores culturales de la comunidad que representan.Pueden participar todos aquellos realizadores de las emisoras municipales del país, sean o no miembros de la AHS, menores de 35 años. Se podrán presentar propaganda, programas no dramatizados unitarios y todos los géneros periodísticos, siempre y cuando reflejen la cultura local.Todos los trabajos deben estar acompañados de su guión.De estos trabajos se seleccionarán algunos que por sus características se incluirán en la tira de programación de La Voz de Yaguajay durante los días del evento; además se realizarán talleres teóricos, se impartirán conferencias magistrales sobre la radio comunitaria contemporánea y otros temas importantes relacionados con la cultura y la radio.

Habrá además presentaciones de libros, conciertos y aperturas de exposiciones.Las diferentes instituciones involucradas con el evento entregarán premios también a las mejores realizaciones radiales.Se otorgará un Gran Premio a la mejor realización radial presentada consistente en $1500 pesos MN y un Premio de la Radio, con un valor de $1000 pesos MN.

Las obras deben enviarse a:Emisora La Voz de Yaguajay.Calle Martí No. 50-A, Yaguajay, Sancti Spíritus.Telef. (0141) 55 24 81.Correo electrónico: cmgb@enet.cu radioyag@yag.co.cu. El plazo de admisión de los trabajos será el 20 DE OCTUBRE DE 2008. El evento se desarrollará del 1 al 4 de NOVIEMBRE de este año. El Comité Organizador se compromete con el regreso a su provincia. En este encuentro participarán personalidades de la cultura y la radio de Sancti Spiritus y del país, así como jóvenes creadores destacados.

Radios comunitarias: La universidad de la radio

Del primero al cuatro de noviembre próximo se celebrará en Yaguajay, provincia de Sancti Spiritus, el IV Encuentro La Radio en la Comunidad
De derecha a izquierda, el periodista santiaguero Reynaldo Cedeño Pineda y los realizadores Carlo Figueroa y Adrián Quintero tomando un descanso durante las sesiones del jurado del encuentro La Radio y la Comunidad el pasado año


Mi relación íntima con la radio no nació al fragor de las grandes emisoras capitalinas, ni siquiera en una cadena provincial. La radio que yo amo es grande sólo por la magnitud de sus pretensiones. Porque el tamaño de los sueños no está avalado por el poder de los recursos técnicos o la cantidad de artista contratados.

Una de las tantas cosas por las que amo a este medio es precisamente porque permite hacer un buen programa con escasos recursos. En Cuba, los festivales nacionales de la radio, han demostrado cómo pequeñas plantas asentadas en sitios como Colón, San José de las Lajas, o Güines, han sido capaces de acaparar galardones en modalidades que tradicionalmente han precisado de los recursos y las fuentes de que se dispone en las grandes ciudades, como los informativos y los musicales.

Ahora a las emisoras pequeñas se les asocia con el término comunitaria. Los teóricos han dicho que las emisoras comunitarias, generalmente, son operadas por personal no profesional y que surgen de manera espontánea en el seno del pueblo. Ello, de cierta forma, contradice las características de una radio estatal. Pero si salvamos los escollos que, en relación con estructuras y programación, se dictan en La Habana sin tener en cuenta los intereses específicos de cada pueblo, nuestra radio tendría un matiz mucho más comunitaria.


De todos modos hoy podemos hablar de magníficos ejemplos de proyectos y estaciones que han logrado estar muy cerca de su gente, como “Hombres de mar”, que por muchos años mantuvo en el aire Radio Caibarién. Surgió como iniciativa exclusiva de la Villa del Blanca. Por suerte a ningún especialista de la Dirección de la Radio Cubana se le ha ocurrido legislar que las emisoras del litoral, tengan espacios de este tipo. Las obras de arte hechas o por encargo o disposición oficial casi nuca rinden buenos frutos.


En las emisoras pequeñas está la verdadera universidad de la radio. “El que quiera aprender a hacer programas que venga para acá”, me dijo una veterana compañera de Radio Sagua el día que permaneció una hora rebobinan do cintas manualmente porque las máquinas reproductoras estaban defectuosas. Recuerdo que, cuando la planta tenía sólo dos estudios y trasmitía 18 horas diarias, permaneció siete días con un estudio inhabilitado por problemas técnicos. Aún así los artistas se las ingeniaron para mantener en el aire todos los programas.


En Yaguajay, un pueblito de la Llanura del Norte de Las Villas famoso nada más que por el amor de sus hijos y por el histórico combate que libró allí Camilo Cienfuegos poco antes del triunfo revolucionario, existe una humilde emisora con un solo estudio que trasmite cinco seis horas diarias. Imagine usted un local de cinco por cinco metros. Hoy los colegas de Yaguajay ni siquiera tienen eso. Laboran a pie de obra, cerca del polvo y los escombros, hasta tanto su sede crezca y se adecue a lo que necesiten.

A pesar de todo no les ha faltado entusiasmo para organizar el único encuentro de emisoras comunitarias que se celebra en Cuba. Yosdany, Yamilet y otros soñadores apoyados por la Asociación Hermanos Saiz y la Dirección de la Radio en Sancti Spiritus, organizan la cuarta edición del encuentro La Radio y en la Comunidad, una cita a la que están convocados realizadores de las 93 emisoras municipales que surcan el éter en Cuba.

jueves, 9 de octubre de 2008

RADIO CUBANA: LA PROMISCUIDAD DE LAS VOCES

La radio son sus voces. Eso lo comprendí desde el primer día que entré a una cabina de transmisión; desde que escuché “Alegrías de sobremesa” y “Nocturno”. Las voces de Eduardo Rosillo y Juan Ramón González Ramos -Tatica- marcaban un estilo que trascendió a sus propios espacios para ser también el estilo de Radio Progreso.

En la pre-historia de la radio los locutores eran los mismos propietarios de la planta, o sus familiares. Luego la profesión elevó su rango y hasta existió el Colegio Nacional de Locutores, que dictó normas relativas al trabajo de esos artistas.

Actualmente los locutores intentan recobrar el prestigio que, de cierta forma, ha perdido la profesión. La UNEAC, el ICRT y otras organizaciones e instituciones han colaborado en tal empeño. Nuestros locutores se reunen, debaten acerca de lo ganado y lo perdido en el sector. En consonancia con tal propósito, resulta prudente analizar cuánto los locutores de hoy identifican a las emisoras.

Los locutores de las emisoras capitalinas saltan de una planta a otra como si se cambiaran de vestuario. Sería injusto coartar la intención de un profesional de estar donde mejor se sienta. No niego el derecho de nadie a cambiar de emisora si así lo entiende pertinente. Los empresarios capitalistas, en medio de su vorágine competitiva, intentan captar a los mejores artistas ofreciéndoles contratos ventajosos, para luego convertirlos en “artistas exclusivos”.

Tal vez el término exclusivo suene algo fuera de pico en la radio cubana de estos tiempos. Pero resulta preocupante que numerosos locutores alternan sus labores en varias emisoras. En ocasiones, más que alternar, simultanean gracias a las grabaciones. Si usted sintoniza la emisión dominical del Noticiero Nacional de Radio (que transmiten prácticamente todas las plantas cubanas), podrá notar cómo una de las pocas emisoras exentas de sumarse a la cadena, Radio Taíno, mantiene en el aire a la misma hora un programa conducido por Virgen Ojeda Benítez, la misma voz del referido espacio informativo. Y dos emisoras con perfiles tan parecidos como Radio Musical Nacional y Radio Enciclopedia tienen a Maura Morales Agüero entre sus principales voces. A veces uno sabe si escucha u otra planta.

Nuestras emisoras nacionales atraviesan verdaderas crisis con sus locutores. No porque no tengan, porque a la larga a la corta puede aparecer alguien de las plantas provinciales de la Ciudad de la Habana dispuesto a resolver dificultades de última hora. Pero con tanta promiscuidad las principales emisoras nacionales se están quedando sin locutores de puntería, artistas que como César Arredondo o Franco Carbón nos permitan percibir que estamos escuchando Radio Rebelde.

Estoy seguro de que si seleccionáramos una muestra de oyentes y le pidiéramos que mencionen a las voces representativas de nuestras emisoras nacionales en la actualidad, apenas podrían enumerar a dos o tres. En el caso de Rebelde también resulta curioso el hecho de que la conducción de la mayoría de los espacios esté a cargo de féminas. Los programas “Estaciones”, “Nosotros”, “A esta hora”, “Frecuencia total” y “Hecho en Cuba”, todos, tienen voz de mujer. Dejo que claro que no tengo ningún prejuicio contra las locutoras. Solo abogo por el imprescindible balance de voces.

Muchos se preguntan qué está pasando con la locución en la radio y la televisión. Crece la incertidumbre cuando evocamos a los grandes maestros de esta profesión. ¿No habrá sustituto para ellos? Hace dos años, una rigurosa comisión de expertos reevaluó a los locutores de todas las radioemisoras. El proceso tuvo en cuenta, incluso, a los llamados hablantes: periodistas, colaboradores…

Lejos de beneficiar a las emisoras, los exámenes fueron objeto de disímiles incomprensiones e incoherencias: mucha mano dura con algunas cosas y demasiada tolerancia con otras. Fue tan grande la polémica, que hoy la Dirección de la Radio no tiene claro cómo encauzar sus procesos de evaluación; no sólo para esta, sino para todas las especialidades.

En los últimos años sólo se han realizado evaluaciones para aprobar la entrada de nuevos artistas al medio. Los llamados “niveles” pasaron a la historia quizá por la idea de quienes creyeron que los directores de programas serían capaces de decidir qué renumeración percibirían los integrantes de su equipo de acuerdo con el resultado final de cada obra. Me consta que numerosos profesionales se abanican orgullosos con su cartelito de “Primer nivel”, cuando hace rato que la rueda de la historia los aplastó. Pero el sistema de evaluaciones precisa establecer jerarquías y, además, valorar la formación teórica de los artistas. Todavía en nuestras emisoras se ignora la importancia de acudir a la Academia. Entiéndase esta como la que resulta verdaderamente afín con el perfil de cada cual. No entiendo cómo existen realizadores de sonido que estudian Psicología.

En espera de que las aguas tomen su nivel, a quienes decidan escuchar la radio nacional cubana, les sugiero que memoricen bien la frecuencia de cada emisora. De lo contrario corren el riesgo de equivocarse de planta, algo así como marcar el número telefónico errado...A esa hora, probablemente, el locutor de su programa favorito, devenido sagaz ente de la ubicuidad, estará haciendo otro espacio en cualquier otra planta del Vedado habanero.

domingo, 5 de octubre de 2008

A 40 AÑOS DEL FILME LUCÍA: EL ABRAZO DE UNA DIVA.

Terminó dejando su casa de Miramar para trasladarse a Santiago después de cuarenta años. Luego de haber protagonizado un clásico del cine cubano, asumió los oficios más humildes en el ICAIC. Cuando supo que Humberto Solás planeaba el rodaje de una nueva película, evitaba llamarlo incluso en navidad, para evitar comprometerlo con su inclusión el casting…¡Cuántas cosas se dicen de esta mujer!
La tengo ante mí septuagenaria y cuesta trabajo creer que sea la misma del más difundido cartel de la cinematografía cubana. Los años y los problemas de la salud han cambiado su imagen. Puede pasar inadvertida como Adelaida. Pero hay algo que la delata como Adela, o mejor, Lucía: el lenguaje. Las palabras se le desatan contundentes. Son más fuertes aún cuando las acompaña con aquella mirada que Humberto descubrió en un intrincado paraje próximo a Baracoa.
Que mi habitación estuviera muy cerca de la suya en el matancero hotel Guaima fue una suerte. Al principio la saludaba discretamente. Hasta que un día me detuve, entré… No hubo equipos de grabación que alteraran la naturalidad de la tertulia. Pero en mí mente permanecen decenas de anécdotas desgranadas con franqueza. La más criolla de todas las divas que ha conocido el cine, recuerda cómo colaboró con la lucha revolucionaria. Sólo porque era una tarea del Partido, aceptó presentarse ante aquel habanero “fino” y “blanquito” que terminó provocándole con la mayor displicencia. “A qué no eres capaz de reírte y llorar a la vez”. “Reír y llorar al mismo tiempo…qué cosa tan loca…pero, quién dijo que no….”

Primero fue Manuela y luego, Lucía, Lucía para la eternidad. Ni siquiera le bastó que, por su condición de actriz natural, intuitiva; o tal vez por envidia, trataran de sumirla en el ostracismo. Lo de limpiar el piso en el ICAIC no fue cuento, pero Adela-Lucía es una mujer corajuda, sin temores. La carrera completa de muchas actrices no vale lo que su desempeño en esa cinta, seleccionada entre las diez más importantes de la filmografía iberoamericana. Por suerte la vimos regresar hace pocos años a los sets para entregarnos una emotiva abuela en “Barrio Cuba”. Nuevamente Humberto sabía lo que hacía.
Nadie imprimiría mayor realismo a ese personaje que Adela. Hubo nuevas broncas entre el director y su actriz fetiche. Él no cesó de buscarle las cosquillas. “Nunca hemos dejado de fajarnos”, admite la Adela Legrá. La imagino por estos días extrañando tan sanos diferendos, lamentando la ausencia de su único maestro: el gran Humberto Solás. Pero la vida la destinó a sobrevivir para contar la historia de “Lucía”. Parece pura leyenda el modo en que Adelaida se convirtió en Adela. Era una guajirita, casi analfabeta. Todavía dice que no sabe escribir, aunque puedo asegurar al menos que es una ferviente lectora.
El día de la prueba de cámara, decidió ir vestida con el cabello recogido y ropa de trabajo. Pensó que evitaría acentuar sus rasgos femeninos y no se imaginaba que con tal indumentaria se acercaba aún más al prototipo de "Manuela”. Se lo escuché decir a la propia Adela. No es leyenda, y si a alguien se le ocurre pensarlo, qué importa. Las divas están rodeadas de historias inverosímiles. De tal manera se tornan más interesantes. En todo caso, si por algún acontecimiento me atrevo a colocar las manos en el fuego, fue por el abrazo.

sábado, 4 de octubre de 2008

DIRECTORIO DE SITIOS DE ENCUENTRO GAYS EN CUBA (SEGUNDO INTENTO)

http://www.cubaliteraria.cu/img/arteext/cine/imperio_sentidos/estrangulamiento.jpg

Desde afuera muchos se preguntan cómo funcionan estos sitios. Algunos por puro morbo; otros, por curiosidad; los menos, por un interés psicológico o sociológico. No es mi intención complacerlos a todos. Pero atiendo a quien me solicitó un directorio más pormenorizado.

No es preciso ser semiólogo para describir el sistema de signos que se despliega en estos lugares. A veces basta con una mirada. Los más osados se manipulan los geniales. Están los chicos-pasarelas; los que se mueven de un lado a otro, como esperando encontrar algo especial y, en la mayoría de los casos, terminan íendose a casa sin hacer nada.

Lo dicho hasta ahora roza lo vulgar. Pero imagino con toques surrealistas algunos sitios de encuentro. No puedo evitar la asociación de una noche en "La potajera" con la secuencia del filme almodovariano "Todo sobre mi madre", donde los automóviles se mueven en círculo alrededor de un sofá donde descansa un hermoso cuerpo...femenino. En La Habana eran Ellos quienes caminaba por la acera donde, a u otro lado, Otros "aguardaban".

"La potajera" fue sitio de encuentro, o más bien de desenfreno erótico, por muchos años; hasta que las autoridades decidieron ponerle coto, presumiblemente por la gravedad de ciertos hechos delictivos acaecidos allí. La multa a los concurrentes era perfectamente justificada: Violación al sistema de seguridad de la Sala Ramón Font. No importa que el implicado se encontrara a cien o ciento cincuenta metros del parqueo de la "Polivalente"·

"La potajera" ya no existe, como tampoco está el santaclareño baño del Sandino, Casa Matriz de "Tía" en Cuba; desplazado por un parque de diversiones. Ya no será el mismo público el que se divierta en las inmediaciones del mayor estadio de béisbol de Villa Clara. Por cierto, resulta curioso el hecho de que numerosos sitios de encuentro se hallen próximos a las instalaciones deportivas o a grandes plazas. Sucede en Holguín, cerca del estadio Clalixto García y de la plaza que lleva el mismo nombre. Y en Camagüey, en los alrededores de la plaza Ignacio Agramonte y del campo deportivo Cándido González.

En la capital, una vez desaparecida "La Potajera", el "público" se ha replegado a las faldas del Castillo del Príncipe y el hospital Calixto García. Los más arriesgados prefieren la intersección de la Avenida de Rancho Boyeros y la Calle 100; o la Playa del Chivo, al este del túnel. Otra cosa es Micayito, en Guanabo; escenario de operaciones de los pingueros. Conviene aclarar que la prostitución no es común en la mayoría de los sitios de encuentro. Por lo general las personas que intentan divertirse sin ánimo de lucro.

Casi todas las grandes ciudades cubanas tienen al menos un sitio de encuentro perfectamente conocido. En Cienfuegos se halla en una explanada próxima al Malecón. En Sancti Spiritus, cerca de la terminal de las ómnibus y la Carretera Central. Las terminales, probablemente debido al gran movimiento de personas que las caracteriza, son áreas muy visitadas. Sucede en Santa Clara, Camagüey y Ciego de Ávila, entre otros lugares.

Decía que no es mi intención un análisis demasiado pormenorizado de cuánto sucede en estos sitios. Ni siquiera de las motivaciones de quienes los visitan. Prefiero "provocar" al lector para que sea él quien lo haga. Tampoco piense que publico esta entrada por simple entretenimiento. No me crea tan irresponsable. Sería muy hipócrita si no escribiera sobre los asuntos que matizan el presente de este país, aún cuando pudiera ser minoritario el grupo social involucrado.

Todavía nos falta mucho por ganar en materia de diversidad sexual. Un amigo me preguntaba hace poco si tengo conocimiento de que algún gran medio de prensa haya vuelto a hablar de la homosexualidad después del 17 de mayo. Lamentablemente, no.

Para concluir, prefiero asirme a la opinión del joven historiador Abel Sierra Madero, autor del premiado "Del otro lado del espejo, la sexualidad en la construcción de la nación": "Hay gente en Cuba que está haciendo cosas para que haya una apertura, una especie de descongelación de determinados tópicos; eso es muy importante. Sin embargo, el debate y las negociaciones culturales todavía están permeadas de esa carga médico-patológica que sigue acentuando la condición enfermiza y devaluada de estas personas (los homosexuales) . http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=3424

viernes, 3 de octubre de 2008

Comentarios y colaboraciones

Alberto Sánchez, desde Cuba, envió el siguiente mensaje:

Es impresionante amigo lo que has escrito, pienso que tu llamado y tu alerta son muy acertadas. Te felicito y ojalá alguien te escuche, sobre todo la sociedad.Otra cosa, la letra de la canción de Buena Fé, es solo eso, una Buena Fé, la que nunca se debe perder. Un saludo, Alberto.

Antonio Desquirón Oliva escribió:

Soy de Santiago de Cuba y me dieron el link de tu blog. Aquí el sitio de flete por excelencia es el paredón de ladrillos rojos que limita a los "Tanques de Santa Ana", frente al Palacio de Justicia: todo un símboloTambién están el Parque de Ferreiro y la Avenida de las Américas. Chao.

Y desde territorio norteamericano, un compatriota, dice:

La cuestión más importante no es juzgar nuestras conductas, o como se desenvuelven nuestras personas, sino indagar sobre nosotros mismos para poder entender, y con el conocimiento adquirido de esa búsqueda, poder avanzar y madurar como individuos....(Ver el resto del comentario en: https://www.blogger.com/comment.g?blogID=7264843493394024566&postID=372105115948299593&isPopup=true)

miércoles, 1 de octubre de 2008

DIRECTORIO DE SITIOS DE ENCUENTRO GAYS EN CUBA (PRIMER INTENTO)

Costa gay. Matanzas

La mayor parte de la costa frente a la bahía de Matanzas, desde Cabarroca hasta el Viaducto, es agreste y escarpada. El diente de perro se convierte en un obstáculo para aquel que desee disfrutar del hermoso paisaje que ofrece la Atenas de Cuba. Algunas pequeñas playas, como La Caridad y Yugoslavia (esta última nombrada así como recuerdo de los trabajadores de ese país que vivieron cerca del lugar) desafían a las rocas que están lejos de ser nobles arenas, como las del cercano Varadero.

Sin embargo, como en tantos empeños, la voluntad humana se impone. No son excursionistas los que frecuentan el litoral matancero. Desde alguna institución estatal se les definiría como hombres que tienen sexo con otros hombres. Hombres sin mujer para Carlos Montenegro. Lezama y Virgilio descubrirían alguna asociación lírica con alguno de sus personajes. El ingenio popular bautizó al lugar como “Costa gay”. Es el área de encuentro por excelencia en la tierra de Carilda. Decenas de personas lo visitan cada día. También en las noches. Intentan “desordenarse” bajo las caletas. Pero no siempre estas son tan frondosas como para impedir que se perciba alguna silueta desde los vehículos que transitan por la cercana autopista. Mas no existe en ellos ningún propósito exhibicionista. La actividad en Costa Gay puede resultar polémica.

La sexualidad en grupo y los “empates” de ocasión no son bien vistos por la mayoría de los cubanos. En cierta medida es por eso que proliferan estos sitios, muchas veces en la periferia de las ciudades. El de Matanzas gana muchos puntos en el Directorio, pues a pesar del diente de perro, el paisaje de la bahía es incomparablemente bello. No corren igual suerte los santaclareños, que hoy se encuentran en un reducido monte cerca del mercado de Buen Viaje. Aunque han sido muy originales con el topónimo del área: Mama Show. En la ciudad de Marta también gana fama un área de la Circunvalación, suerte de punto de recogida al que un amigo dio nombre circense: La Circunva.

En Camagüey el recién devastado Casino Campestre es sitio de encuentro por excelencia. Aunque en otro extremo de la ciudad, recorrer la carrilera de la Terminal Ferro Ómnibus supone una aventura tan fascinante como peligrosa. A uno u otro extremo de la vía, paradójicamente, se conjugan el placer y la violencia. Los hechos delictivos no son escasos en lugares como estos.No deja de ser interesante analizar las causas por las cuales existen los sitios de encuentro. “Simple corrupción”, dirían los más ortodoxos. “Incivilización”, le oiría a un positivista. ¿Habrá algo de amor en el sexo que se practica en estos lugares? O, recordando a Silvio, quienes busquen el sexo apurado, tal vez sólo recojan “sobras" de ese sentimiento.

No faltaría quien aproveche el asunto para responsabilizar al socialismo cubano. No es esta una sociedad perfecta, pero los sitios de encuentro existen en cualquier parte del mundo. Dejaré en la red las interrogantes para volver a ellas cuando me decida a seguir enriqueciendo este intento de Directorio. Se aceptan colaboraciones.