jueves, 8 de diciembre de 2011

SAGUA LA GRANDE, MONUMENTO NACIONAL

Quedamos a la espera de la Resolución del Ministerio de Cultura, pero el centro histórico de Sagua la Grande ya es Monumento Nacional. Se trata de un privilegio del que gozan muy pocas ciudades, aún menos entre las fundadas durante el siglo XIX. Tal vez sean solo, además de la Villa del Undoso, Cienfuegos y Gibara.

Existen urbes, como Santa Clara, con áreas que ostentan esta condición. Sucede así con el entorno de los parques Vidal y El Carmen. Pero en el caso sagüero, hablamos de 34 manzanas que, como aquella ciudad descrita por Jorge Mañach en una crónica de los años veinte, está delimitada por la vía férrea y el río. El propio cauce del Undoso próximo al puente El Triunfo forma parte ya del patrimonio nacional, al igual que una pequeña porción del barrio San Juan, donde se halla el antiguo colegio de Los Jesuitas; por cierto, el sitio que acogió a los dirigentes de la huelga revolucionaria del 9 de abril de 1958.

La zona distinguida por la Comisión Nacional de Monumentos tiene como eje a la calle Martí, desde el puente hasta la estación. Por el sur, el límite está en General Lee, incluyendo la Cárcel Pública colonial; y por el norte, en Marta Abreu, aunque por el espacio cercano al río, se prolonga por todo el Malecón, hasta Enrique José Varona.

Tales límites no suponen que se ignoren otras edificaciones de gran valor patrimonial, o histórico, como el sanatorio de la Colonia Española, el puente Príncipe Alfonso o la casa natal de Wifredo Lam.

Es cierto que la imagen de nuestro centro histórico hoy por hoy no es la mejor y que causa enorme dolor el abandono de edificios como los de los hoteles Sagua y Paradero. La condición de Monumento Nacional dada al centro histórico no supone la solución inmediata de los daños que han causado las contingencias económicas y la desidia, a estos y otros inmuebles, pero evidencia –al menos- el interés de las más altas instancias estatales por preservar un conjunto de grandes valores ambientales y arquitectónicos.







martes, 29 de noviembre de 2011

De Caibarién vine con un mensaje

Ya llegué del 28 Premio Santamareare, celebrado en Caibarién. Pero traje conmigo la simpatía de Yohán Madrigal, el buen humor de José Ramírez Pantoja, la persistencia del médico-realizador radial Michael García, la sonrisa de Viki Suárez, la admiración por Miguel Reyes, la felicidad del reencuentro con Ángel Luis Martínez, las enseñanzas de Caridad Martínez, Iván Pérez y Alberto Luberta….

Vengo con las pilas cargadas y hasta con un poco de nostalgia…Quisiera tener más cerca a tanta gente buena. Debutantes unos, consagrados otros; en cualquier caso se trata de seres que todavía sueñan con hacer arte para ennoblecer. Vinieron de parajes tan distantes como San José de las Lajas y Holguín, representando a diversas casas productoras. La presencia en el concurso de obras realizadas por estudiantes del ISA, periodistas, o actores de la radio nacional, hizo más ecuménica la cita.

Sin dudas, creció la calidad de las propuestas audiovisuales. No corrieron la misma suerte –en mi opinión- algunos géneros de radio, fundamentalmente los dramatizados. ¿Tendrá que crecer nuestro poder de convocatoria o ha disminuido la calidad de ese tipo de producciones? ¿El asunto estará relacionado con la anunciada desaparición de este tipo de espacios? Habrá tiempo para pensar en el asunto.

Desde ahora Caibarién convida al regreso. Junto a mi coterráneo Rogelio Castillo (Presidente de la filial de audiovisuales en la provincia) a Yaisi Ojeda (la hada madrina que la Uneac nos regaló) y a muchos otros amigos, aguardaré por nuevas obras bien pensadas. Imaginaré encuentros teóricos más fortalecidos.

Asimimo, dispondré de algún momento para brindar (que no solo de ejercicio intelectual vive el hombre) y hasta mantengo la disposición de darme un chapuzón de madrugada en las aguas de la Villa Blanca, con tal de que no me consideren mal anfitrión visitantes de Ciego de Ávila, o Baracoa.

Abrazo a esos hermanos artistas que tengo por toda la geografía de mi mundo insular.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Acoge la Uneac en Villa Clara a creadores del audioviosual


Como un preciado espacio para el intercambio entre artistas del audiovisual procedentes de una decena de provincias se afianza el Premio Santamareare que, convocado por la delegación villaclareña de la UNEAC, celebrará su 18 edición desde este miércoles en Caibarién.

Justo en el sitio donde habita el molusco que le da nombre a la cita, el crítico y profesor Gustavo Arcos dictará la conferencia “El tratamiento del desnudo, el cuerpo y la sexualidad”, en tanto el realizador Alejandro Gil presentará el telefilme “Extravío”.

El foro ahondará en la labor del musicalizador, por intermedio del Premio Nacional de Radio Iván Pérez Ramírez, y se exhibirá o escuchará una muestra de las más de cien obras presentadas al concurso, cuyos lauros se conocerán durante la noche de clausura el sábado 26.

El Caracol de Villa Clara, instaurado hace dos décadas, reconoce el quehacer individual de directores, actores, editores y escritores, entre otras especialidades y ha devenido una fiesta para la Villa Blanca, al propiciar el intercambio con la comunidad e involucrar otras manifestaciones artísticas.

Tradicionalmente, el evento se inicia con un concierto de la Banda Municipal, dirigida por el maestro Marcos Urbay. En tanto, una peregrinación se dirige hasta el cementerio para homenajear al español Manolín Álvarez Álvarez, quien con una peña planta establecida en este paraje costero, se convirtió en uno de los pioneros de la radiodifusión cubana.

Para esta ocasión se prevé un concierto del dúo de trovadores de Janet y Quincoso en la casona que la Uneac prevé inaugurar próximamente como su sede caibarienense y la gala de clausura –el día 25 en el teatro América- contará con el aporte del grupo Los Fakires.

El jurado del 18 Premio Santamareare estuvo conformado por valiosos críticos y creadores, entre los que sobresalen Caridad Martínez y Alberto Luberta, ambos portadores del Premio Nacional de Radio.

jueves, 13 de octubre de 2011

¡NOVELA, SIMPLE NOVELA!


La noble aspiración de ofrecer al pueblo un producto artístico de sólidos valores éticos y estéticos a partir de 1959, desechó cualquier propuesta que se pareciera a “El derecho de nacer”, pero ignoraba que la cultura popular también es cultura y que el autor de esta obra debía ser valorado como un guionista excepcional.

La trascendencia de Félix Benjamín Caignet en los medios audiovisuales es tan grande que en 1976, pocos días después de su muerte, un diario de Brasil, proponía que allí –tal como se hace en los partidos de fútbol- se decretara un minuto de silencio antes de las transmisión de las telenovelas.

Aseguran que murió tranquilo el escritor santiaguero. El hombre que pudo haber multiplicado su fortuna en los Estados Unidos, Méjico, Colombia, o el propio Brasil, se despidió del mundo tranquilo y en Cuba. Quién sabe si, como otros grandes que pasaron por períodos de ostracismo, imaginó que el tiempo –tarde o temprano- iba a poner las cosas en su lugar.

Así, en 2008, la radio cubana saludó el aniversario 60 de la obra clásica de Caignet con una trasmisión itinerante que sigue al pie de la letra la escritura original de 314 capítulos. Es la misma que llega a nosotros tres años después. Aunque su grabación ni siquiera ocurrió en 2008.

Si otrora Félix Benjamín tuvo que sortear obstáculos tan diversos como la muerte de una de las protagonistas, o la huelga de otro integrante del equipo porque consideraba muy pobre su salario, esta vez la productora Radio Arte debió esperar veinte años para que por fín “El derecho de nacer” volviera a presentarse en las plantas cubanas. Oscar López, que estuvo al frente del proyecto, no pudo constatar el éxito de la turné de “El derecho..” por toda la Isla.

Me imagino que esta pudiera ser la versión que más complacería al autor después de aquella difundida por CMQ, toda vez que participan solo actores cubanos, en algunos casos los mismos que lo hicieron en la década del cuarenta, como Xiomara Fernández. El elenco lo completan figuras del más alto nivel: Coralia Fernández, Obelia Blanco, Luis Alberto Casanova, Doris Delgado y la sagüera Elvira Cervera, artífice de una Mamá Dolores que de seguro se halla entre las más convincentes que podamos conocer.

El Premio Nacional de Literatura Reynaldo González en su libro “El más humano de los autores”, apunta que “si ayer una población fanatizada acogió a ‘El derecho de nacer’ como un producto coherente con su comprensión del argumento y la promoción generada por los mecanismos comerciales que la impulsaron, a los cubanos de hoy los desconciertan las altisonancias y el lagrimeo constante”. Es cierto, pero eso no quiere decir que no llame la atención. Yo mismo puede apreciar cómo, hace tres años, los cines de Sancti Spiritus incrementaron sus ingresos gracias a la exhibición de una de las películas basadas en la obra original de Caignet. Ello coincidía con la trasmisión de la novela en la radio provincial.

Esta versión de “El derecho…” ha saldado una deuda histórica que teníamos en Cuba con el padres fundador de un género de eminente trascendencia para el audiovisual. Se trata de un material de indiscutible valor patrimonial, si tenemos en cuenta que de la trasmisión original no existen grabaciones.

Que si es literatura o no…..que si es arte o no….Eso es y seguirá siendo motivo de discusiones por mucho tiempo. Pero invito a los polemistas a atender a la sencilla definición que nos dejó de su obra Don Félix: “Lo que hice fue novela, simple novela como el alma simple del pueblo”.

jueves, 6 de octubre de 2011

Emisora FM 93.5 Estereocentro: los pro y los contra de la municipalización (II)



Me referí en la entrada anterior a la investigación “La FM 93.5 Estereocentro, por una radio comunitaria”, que estuvo a cargo de estudiantes y profesores de la Universidad Central de Las Villas (UCLV), liderados por el licenciado Roberto Fernández Blanco. Ellos se insertaron en la cotidianidad de la planta en 2008, cuando esta se iniciaba un polémico proceso de municipalización. A partir de la aplicación de un grupo de instrumentos investigativos, colaboraron en el proceso de rediseño de una nueva programación que, de acuerdo con el texto (con cierre en abril) ahora se evalúa.

Entre las conclusiones más interesantes a las que arribaron en un principio los investigadores está la relacionada con la “notable regresión en la capacidad perceptual de los receptores reales y potenciales”. En otras palabras, el nivel cultural de las personas que escuchan la radio, es cada vez menor. Tal circunstancia –agregan- el colectivo de realizadores debe enfrentarla con creatividad, conciencia crítica e implicación grupal en el proceso de transformación de la entidad y de sus lógicas funcionales.

Otro elemento importante es el relacionado con la locución:

Aunque por lo general es fluida y ágil que permite interactuar con el publico, se constataron errores incidentales de pronunciación de términos extranjeros, cambios u omisiones de letras, problemas ocasionales en la cadencia y el ritmo, frecuentes redundancias, intercambios poco pertinentes e ideas oscuras en el intercambio con el publico; ocasionales muletillas producto de la improvisación y el conocimiento profundo de los temas que se tratan.

La investigación valora positivamente la capacidad de algunos realizadores para adaptarse a las exigencias de una radio con perfil diferente, como sucede con el espacio vespertino “En frecuencia”, y considera entre los más logrado, el defacilitación social “En la calle” y “Hora joven”, aunque advierte en una nota al pie:

Enfrentan (estos programas) serias problemáticas de orden estructural que pueden hacer colapsar sus equipos de realización. Dichas problemáticas comenzarán a ser estudiadas dentro de poco por la influencia negativa que ejercen sobre todos los espacios de la planta y con ello sobre el logro de su identidad.

Realmente, todavía falta mucho camino por andar. La FM que constituyó (o intentó constituir) una alternativa musical, ya no existe. No vale la pena seguir aferrándose al pasado. Aunque haber preservado el nombre, significa cargar con lo bueno y malo precedente. Tal vez hubiera sido mejor crear una ”Radio Santa Clara”, similar a aquella emisora (también la hubo) que trasmitía desde el estudio 2 de la W, utilizando durante tres horas diarias la frecuencia de Radio Enciclopedia. Ahora tenemos la “FM Estereocentro”, emisora municipal.

Los investigadores trabajan para que “Estereocentro” logre hilvanar una programación de alta calidad, con la cual los diversos públicos de Santa Clara se sientan identificados. Pero ello no se logra con simples lemas; ni siquiera copiando los formatos de programas pre-establecidos por la Radio Cubana, que son los mismos de la emisora provincial. Esto resulta tan nocivo, que hoy la tira de exhibe propuestas como el programa “Estereocierre”, devenido copia del veterano “Hacia la media noche”, que trasmite la cadena W.

Otro aspecto que atenta contra una imprescindible identidad es que buena parte del personal de la FM cruza a cualquier hora el Parque Vidal en aras de otra fuente de empleo. Debieran instrumentarse estímulos y mecanismos contractuales para que la “prostitución de las voces” no se adueñe también del espectro radiofónico villaclareño.

Sea cual sea su perfil, “Estereocentro” ganará en eficacia mientras menos se parezca a su hermana mayor. Una emisora provincial, por más provincial que sea, será también municipal. Por muy eficaz que resulte su equipo de corresponsales, por más oyentes que tenga en todos los municipios….la mayor parte de las coberturas acontecerán en la ciudad cabecera, y sus realizadores tomarán como referente a los oyentes del entorno más próximo.

Si un programa como “En la calle” se ha ganado el favor de críticos y oyentes, no lo debe solo a su interés por reflejar aspectos de interés para el público de Santa Clara, sino por una dinámica de trabajo contrastante con la pereza creativa que adocena el trabajo al otro lado del parque.

Pero sucede lo que me contó un trabajador de la “FM”: todavía algunas personas, cuando llaman telefónicamente, creen que se han comunicado con la CMHW.

lunes, 3 de octubre de 2011

Emisora FM 93.5 Estereocentro: los pro y los contra de la municipalización.


Los cambios experimentados en los últimos años por la “FM 93.5” han causado bastante revuelo. De un lado; algunos defendieron la idea de preservar una emisora de música variada con adeptos más allá de Santa Clara; de otro, la dirección de programación de la Radio Cubana, se afanó porque esta planta entrara por el carril de las emisoras municipales.

Acabo de leer el texto La FM 93.5 Estéreocentro, por una radio comunitaria”, hace unos meses galardonado con el Premio Casa de Cristal, de la Asociación de Comunicadores Sociales en Villa Clara. Se trata del resumen de casi tres años de investigación de estudiantes y profesores de la Universidad Central de Las Villas (UCLV), liderados por el licenciado Roberto Fernández Blanco.

Constituye un logro, simplemente, que el trabajo de los medios de difusión resulte importante para carreras de Estudios Socioculturales, Comunicación social y Periodismo. Ojalá otras emisoras y canales de televisión logren captar la atención de los investigadores. Pues, si bien es cierto que el ICRT cuenta con su propio cuerpo de metodólogos, por razones diversas, este ha tenido muy poca o nula incidencia en las dinámicas productivas y el diseño de la programación.

Los investigadores de la UCLV reconocen la complejidad de las transformaciones experimentadas por la FM; algo más que un cambio local: del edificio de la W, a la casa de la calle Buen Viaje, al otro lado del parque.

En realidad esta planta surgió, más por una coyuntura técnica que por un imperativo cultural o de política informativo. La idea de adquirir un trasmisor de Frecuencia Modulada (FM) para integrarlo a la cadena provincial, e independizar la señal solo cuando se realizaran trasmisiones deportivas (como sucede con casi todas las emisoras provinciales) le pareció un derroche al fallecido Roberto Rodríguez Frénez y otros directivos de la radio en la provincia. Constituye un acto de justicia histórica reconocer que, aún adscripta administrativamente a la CMHW, la “93.5” haya sido la primera emisora de su tipo en Cuba. No recuerdo que antes de 1987, e incluso después, haya existido una emisora de música variada que trasmitiera en FM, con sonido estéreo, durante todo el día.

Cuando la simultaneidad y el concepto de hombre o mujer-radio eran casi sacrílegos en las dependencias de recursos humanos y ni siquiera existían formas de pago que los ampararan, la FM de Santa Clara era activada por locutores-productores-operadores, -especie de DJ-, que intentaban –con aciertos y también sin ellos- dinamizaban el lenguaje radial del centro del país.

La investigación de la UCLV admite que en el año 2008, luego de los primeros intentos “municipalizadores”, la “93.5 ‘sonaba viejo’, ya que los radioyentes no encontraban la diferencia que buscaban en el dial. Y agrega: “En medio de esta compleja dinámica se decidió comenzar en el segundo semestre de 2008 un diagnóstico de corte sociológico y cultural de la producción radial de la planta y del perfil social de sus oyentes en el municipio de la cabecera provincial.

¿Realmente se ha convertido “Estereocentro” en la “emisora municipal” de Santa Clara? ¿Ha logrado imprimir un carácter comunitario a su programación? ¿Quedaron atrás el recuerdo y las formas de hacer de la emisora musical de los años ochenta y noventa?

Intentaré abordar estos temas en mi próxima entrada. Por lo pronto, invito a la audiencia y a los artistas de la radio villaclareña a debatir sobre el tema durante la edición del taller Techo de Vidrio que, al amparo de la UNEAC, realizaremos el miércoles cinco de octubre a las dos de la tarde, en la sala-foro Agesta, de la casona ubicada en la céntrica calle Máximo Gómez.

sábado, 3 de septiembre de 2011

FIGURAS


A veces el paso del tiempo contribuye a que idealicemos determinados recuerdos. Temo decir frases como “la televisión de antes era mejor”. Es poco dialéctico. El talento resulta inagotable, pero -¿cómo negarlo?- siempre habrá grandes entre los grandes; artistas que, además de talento, son capaces de exhibir un estilo único, imitable. Jamás habrá otro Benny Moré, u otra Elena Burke, por más que surjan músicos capaces.


Por suerte, tuve la oportunidad de ver meses atrás en una gala por el aniversario de la televisión cubana en la que repusieron un video de Germán Pinelli y Consuelo Vidal. Me emocionó escuchar decir a Pinelli que tal vez se reencontraría con su público veinte o treinta años después, tal como estaba sucediendo en ese momento. Consuelo, por su parte, a pesar de los signos de vejez que ya mostraba, presentó a los integrantes de la orquesta Aragón con una gracia envidiable. Ellos eran irrepetibles, pero, ¿quiénes están en condiciones de seguirlos? ¿cuántos son capaces lo mismo de animar que cabaret, que despedir un duelo como lo hacían ellos?

Por estos días he leído los múltiples comentarios que se han generado en el blog “La isla y la espina” alrededor de la programación televisiva, fundamentalmente del espacio “Mediodía en TV”. Hay tantos criterios como personas en este mundo. Un lector echa de menos a Yumié Rodríguez y a Niro de la Rúa, en cambio otro critica sus frecuentes “meteduras de pata” e intervenciones de mal gusto. Hay quien prefiere a Mariuska Díaz en el Noticiero, mientras otro expresa que se ríe demasiado y prefiere a Irma Chelton, aún cuando –acoto yo- su imagen es bastante descuidada.


“Para gustos de han hecho los colores”. Sí hay algo en los coincide la mayoría: Bárbara Sánchez se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Sale hasta la sopa. El sábado, tan pronto terminas de verla ante cámara, prendes el radio y la tienes en el Noticiero Nacional de Radio.


Por supuesto que ella es la primera que debía pensar en especializarse, en quedarse con aquellos espacios en los que se sienta más cómoda y le reporten beneficios, tanto artísticos como monetarios. Sí, porque no puede negarse que el hecho de que exista cierta “prostitución” de voces y rostros, obedece de cierta forma a exigencias materiales…Que yo sepa aquí no se pagan contratos de exclusividad o algo por el estilo. Nadie puede impedir que Marino Lusardo esté al mediodía en un canal y cinco más tarde en otro.


Conozco el caso de cierta emisora provincial que prohibió a sus locutores que tuvieran contrato en una planta municipal aledaña, pero no existe nada legislado al respecto. A esos comunicadores le estaban “metiendo el pie”; aunque era noble la idea de que los oyentes pudieran identificar la estación que sintonizaban gracias a sus locutores. Hoy, si usted no se aprende de memoria la frecuencia, no sabe qué cosa está escuchando. Otro tanto sucede con en La Habana. Con excepción de Rebelde o Progreso, usted lo mismo puede estar oyendo Radio Enciclopedia, que Taíno, o CMBF.


Voluntad institucional y responsabilidad personal. Creo que ambas cosas son necesarias en aras de evitar la saturación provocada por ciertos rostros. A la par que habrá que continuar analizando por qué es cada vez más endémica la presencia en las pantallas de personalidades como las de Pinelli o Consuelito.

viernes, 19 de agosto de 2011

EN TREN DE SANTA CLARA A SANCTI SPIRITUS


El itinerario de Cienfuegos a Sancti Spiritus es uno de los más extensos y curiosos del centro de Cuba: El tren circula por las paralelas que unen a la Perla del Sur con Santa Clara, para después tomar la Línea Central hasta Guayos. Allí sigue el curso de la vía antigua, torciendo el rumbo hasta Zaza del Medio, para finalmente volver al sur, esta vez hacia la villa del Espíritu Santo.

No puedo precisar cuán antiguo pueda ser el accidentado periplo, pues en caso de hacer surgido en tiempos de la Cuban Central (a principios del siglo XX), cuando se fusionaron las empresas de ferrocarril de Las Villas, hubiera “invadido” territorios de la “Cuba Railroad Company” y eso no era usual.

La formación constituye otro elemento sui generis: La arrastra una moderna máquina china de las pequeñas, con 1 400 caballos de fuerza, pero los coches son los mismos Taíno de finales de los años ochenta, réplica criolla de los extintos Fiat argentinos.

Para muchos parecía que iba a transcurrir otro siglo antes que regresara el tren de Cienfuegos a Sancti Spiritus. En dos décadas tuvo fugaces apariciones los fines de semana. Ahora parece estabilizarse corriendo tres veces por semana.

A las cinco en punto de la tarde partió el número 73 de la ciudad de Marta, tras una inexplicable parada de 35 minutos, pero está en el itinerario. Los tres coches van bastante llenos, aunque a diferencia de la mayoría de los trenes popularmente conocidos como “lecheros”, este no suele dejar mucho pasaje en los apeaderos. Quizá los vecinos de esos lugares ya se acostumbraron a usar otros medios de transporte.

Resultan breves las paradas en Cenizas, Oliver y Falcón. Incluso, en Placetas, donde descienden unas quince personas. Después cruzamos o serpenteamos los riachuelos, animados con las lluvias veraniegas. En el punto donde la vegetación se torna más exuberante nos detenemos. Es la solitaria estación de Calabazas. Concebida solo por exigencias técnicas de la vía, nos propicia el cruce con el tren número 5, procedente de Santiago de Cuba.

Por Cabaiguán casi no pasamos. Hoy solo los trenes que abastecen de combustible a la refinería se adentran en el poblado. Nuestros viajeros cabaiguanenses descienden en un pequeño apeadero. Después de un breve alto en Guayos, tomamos la vieja Línea Central, que corre paralela a la actual a lo largo de unos cinco kilómetros. Hoy se le conoce como Ramal Jatibonico, aunque me consta que a partir de Siguaney -quizás antes- fue desmantelada.

De buenas a primeras nuestro tren tuerce su recorrido hacia el suroeste, siguiendo caprichosas curvas. ¡Sabe Dios qué tuvo William Van Horne para alternar tanto el trayecto del principal ferrocarril cubano! No recuerdo la existencia de curvas tan caprichosas, ni siquiera en la región oriental, donde los accidentes naturales sí pudieran justificarlas.

Se torna algo alucinante el recorrido, no por las curvas, sino por la maleza que amenaza por “ahogar” al camino de hierro. El tren reduce notablemente la velocidad, mientras hierbas y arbustos amenazan por colársenos por la ventanilla, poco antes de cruzar el centenario puente sobre el río Zaza. Da gusto ver correr treinta o cuarenta metros más abajo las tumultuosas las aguas que alimentan al mayor embalse de Cuba.

Zaza del Medio es el punto más deseado de mi itinerario particular. Hacía tiempo quería pasar por el pueblito que el nuevo ferrocarril central relegó. Subsiste un pequeño taller ferroviario que, el día de mi viaje, resguardada una máquina General Motors; una de las famosas “900”, de las pocas locomotoras de que disponen los espirituanos. También allí tiene su base el tren que cubre la ruta Zaza del Medio-Tunas de Zaza.

En “Zaza” se invierte la locomotora, utilizando el apartadero para circular una vez más sobre el puente y quinientos metros más adelante tomar finalmente el sub-ramal Sancti Spiritus. Por suerte la vía aquí exhibe un mejor aspecto. Acá, por suerte, la maleza en ambas franjas fue recién podada.

La de Tuinicú es la última estación en nuestro itinerario, aunque ya casi no es estación. Tras bordear el límite del central –uno de los dos únicos activos en territorio espirituano- se topa el viajero con una casetita de 3x3 que ni siquiera se encontraba prestando servicios en el momento de mi viaje. Después, no hay más paradas hasta la propia Sancti Spiritus.

Con los últimos claros del día, tres horas después de haber partido de Santa Clara, nos adentramos en la añeja ciudad. Un paso superior facilita el cruce de la Carretera Central. Luego nos adentramos en barrios periféricos como parte de un recorrido que se me torna largo, por lo reducido de la velocidad. Los pasos a nivel y las condiciones de la vía no permiten más. A un lado contemplo la torre de la Parroquial Mayor; al otro, las viejas edificaciones de la fábrica de leche condensada Nela. Por fin, tras cruzar el Yayabo, aparece el despejado el patio espirituano.

Tardó 188 minutos exactos este viaje, casi el doble del tiempo en que lo hace el ómnibus. Pero conserva el encanto de los viejos trenes, de esos que detienen al campesino en sus faenas, para mirar, o hasta para decir adiós al pasajero desconocido. Me gusta este tren, que evade los solitarios patios de la nueva Línea Central, para pasar rozando los patios de las casas, permitiendo que el viajero pueda paladear los aromas que emanan de las cocinas.

lunes, 20 de junio de 2011

Los medios son heterosexistas


En una calle de Quito escribieron un graffiti con esta frase:

Ser homosexual es cosa de hombres


Soportar la discriminación por orientación sexual es una tarea que requiere de tanto valor como paciencia. La homofobia sigue siendo uno de los prejuicios más incrustados en la mentalidad de la gente, incluso de personas que han estudiado y deberían conocer de sicología y biología.


El teórico José Ignacio López Vigil, sostiene en su libro Ciudadana radio que los medios de comunicación debe servir a todos los seres humanos, respetando sus diferencias, y cita como ejemplo interesante el del radialista Aníbal Martínez, quien mantiene un programa en Radio Universidad de Managua. Él es homosexual y no tiene ningún reparo en manifestarlo. Recibe múltiples llamadas de lesbianas y gays en su espacio nocturno. También, de bisexuales y transexuales. Y Aníbal los atiende toda la naturalidad del mundo. Les da consejos para prevenir enfermedades sexuales. Y los saca al aire —que es una manera de salir del closet— para que cuenten sus amores y sus temores.


Si se analiza la historia de la radio, la televisión, el cine; los medios audiovisuales en su conjunto, es posible trazar un interesante mapa de los enfoques de géneros. Este abarcaría desde las célebres radionovelas de Félix Benjamín Caignet, pasando por películas de rumberas y exótica tropicalidad, hasta “Fresa y chocolate” y más recientemente, “Boleto al paraíso”.


Los medios son en extremo machistas y heterosexuales. Conozco a un joven comunicador que fue desaprobado durante una evaluación de locutores porque los expertos consideraron su voz “atiplada”. Se trata de una manera muy “elegante” se expresar que se le escapaban algunas plumas frente al micrófono. Escucho diariamente a numerosos locutores y locutoras (por favor, no me soliciten que los nombre aquí) que son homosexuales; sin embargo, pero tienen la suerte de que voces se correspondan con los patrones de masculinidad y femineidad más acendrados. Están –incluso- los que engolan o se valen de algún ardid técnico para sonar más “fuertecitos”.


No importa si usted posee carisma, cultura y conocimientos técnicos para estar frente al micrófono. Debe hablar con voz de hombre o de mujer, según su sexo biológico. ¡Quién pudiera imaginar a un periodista de la Revolución en la Mesa Redonda o del Noticiero Nacional de Televisión con rasgos de evidente amaneramiento!


Si bien en Internet es fácil encontrar detalles sobre el concierto ofrecido por Sara González y otros trovadores en el marco de la más reciente campaña contra la homofobia, ninguna página cultural en la prensa ofreció la noticia. Pero la aparición de artículos o informaciones sobre estos temas no debe limitarse a hechos conmemorativos. Debe constituir parte de la continuidad de los medios, al igual la lucha en contra de la violencia o la discriminación racial.


Nuestros medios precisan construir su discurso desde la diversidad. No sé si habría que seguir a pie juntillas el ejemplo nicaragüense antes enunciado. Es cierto que la sexualidad está vinculada a la intimidad de las personas. Todo el mundo no tiene por qué orquestar un show sobre su salida del closet al estilo Ricky Martín. Pero no resulta un escándalo que nuestros artistas HETEROSEXUALES favoritos cuenten algo sobre su familia, su esposo, o su esposa, en programas de entrevistas al estilo de “Con dos que se quieran”. En cambio, no sucede lo mismo con los homosexuales. El propio conductor de ese espacio hizo se encargó de hacer públicamente esa observación.


Entonces concluimos que sí pudiera haber espacios centrados aristas de la diversidad sexual. No sugiero que se institucionalice un getho gay radial o televisivo. Mucho menos, que se norme por decreto el abordaje de estas temáticas. Pero sí precisamos de comunicadores más honestos, valientes y mejor informados. De la misma forma que también será importante que surjan del seno de la sociedad civil cubana, personas que por su ascendencia en el mundo de la cultura, el deporte, la política u otros aspectos, legitimen la lucha a favor de la diversidad sexual.


Todavía los medios pueden crecer en aras, más que de contribuir a dictar modelos de vida y formas de pensar, a suscitar que el espectador sea capaz de pensar y observar con inteligencia todo el colorido que ofrece el mundo si de enfoque de géneros se trata. Nuestros productos comunicativos pueden ganar en sistematicidad y calidad. Constituye una realidad que la preparación y el conocimiento de nuestros artistas para abordar aspectos relacionados con el enfoque de géneros y con el estudio de las masculinidades, es escaso. Muchas veces nuestras campañas se limitan a abordar aspectos puntuales vinculados al combate de las ITS/sida y solo son capaces de sugerir el uso del condón.


Los estudios sobre masculinidades merecen ocupar mayor espacio en los medios. Deben comprenderse las múltiples aristas que esta construcción histórico-social representa y en qué medida su adecuado conocimiento puede a contribuir a remodelar las políticas de programación e información. Pienso, a título personal, que si bien tales estudios trazan un sendero adecuado para contribuir a detener el avance del VIH y otras infecciones, la promoción de salud no tiene por qué convertirse en elemento catalizador de proyectos encaminados a abordar a aspectos vinculados al enfoque de género o la diversidad sexual.


Tengo la impresión de que resulta mucho más fácil convencer a productores y directivos para que aprueben una telenovela si esta combina sida con homosexualidad. En tal sentido, se recuerda aquella serie en que en un hombre homosexual fue calificado por muchos espectadores como un destructor de las vidas ajenas. Tras su aparición en la trama, “desbarató” el matrimonio de otro personaje y, por si fuera poco, lo contagió con el virus del sida.


Elogio que el Primer Simposio Internacional sobre Masculinidades haya dejado una brecha para la creación audiovisual. Esta, lejos de desentonar con las investigaciones de corte sociológico o científico, contribuye a hacer más complejo un evento que pretende rebasar el frío espacio de una sala de convenciones para dignificar al prójimo.


Un mundo mejor es posible si logramos garantizar igualdad de derechos para los seres humanos, independientemente de cual sea su sexo, preferencia sexual, u otros múltiples aspectos. Como dijera certero nuestro compatriota López Vigil, vale la pena repasar las discriminaciones que son el pan amargo de cada día para la mayoría de los seres humanos; e imaginar, desde nuestra práctica de comunicadores, cómo podemos contribuir a superarlas. Empecemos…¡ya!

viernes, 17 de junio de 2011

Una brecha para el audiovisual en Simposio de Masculinidades


Hablar de enfoque de géneros no es extraño en la sociedad contemporánea. Un mundo mejor es posible si logramos garantizar igualdad de derechos para los seres humanos, independientemente de cual sea su sexo, preferencia sexual, u otros aspectos.

Si se analiza el devenir de la radio, la televisión, el cine; los medios audiovisuales en su conjunto, es posible trazar un mapa de los enfoques de géneros. Pudiera abarcar desde las célebres telenovelas de Félix Benjamín Caignet, pasando por las películas de rumberas y exótica tropicalidad, hasta “Fresa y chocolate” y más recientemente, “Boleto al paraíso”.

Pero todavía los medios pueden hacer mucho más en aras de contribuir, más que a dictar modelos de vida, a suscitar la observación inteligente de todo el colorido que ofrece el mundo si de enfoque de géneros se trata. De tal manera puede ser útil para los comunicadores el Primer Simposio Internacional sobre Masculinidades, organizado por el Centro Nacional de Educación Sexual y la Universidad de Oriente.

Me parece una novedad en estos cónclaves la inserción de obras audiovisuales y de guiones que aborden aspectos vinculados al principal propuesto por los organizadores.

Consigna la convocatoria del Simposio que la fuerza de la masculinidad hegemónica y el carácter predominantemente heterosexista se convierten en la fuente principal de la vulnerabilidad de los hombres, constituyéndose una barrera que se interpone entre estos y la incorporación de conductas que conlleven a una mejor calidad de vida.

En Cuba, los medios de difusión no ignoran esta realidad, pero nuestros productos carecen de la sistematicidad y calidad que pudieran alcanzar. Y lo que más importante: la preparación y el conocimiento de nuestros artistas para abordar aspectos relacionados con el enfoque de géneros y con el estudio de las masculinidades, es escaso.

Generalmente nuestro trabajo se limita a combatir determinadas actitudes ya en un estadio final, sin percatarnos de que la educación sexual misma empieza en la cuna…De ahí que nuestros mensajes deban ser más abarcadores y coherentes.

No debemos conformarnos con cuñas donde se promueva el uso del condón, o –sencillamente- se recuerde que debemos protegernos del sida. La realidad ofrece múltiples aristas de una realidad que los medios no pueden aspirar a borrar de un plumazo. En todo caso, podemos ayudar a plantar la semilla del cambio en la mente de los espectadores. Y eso, solo si somos capaces de idear propuestas valiosas.

lunes, 30 de mayo de 2011

Una Lucía que abre puertas


En cuestiones artísticas, el éxito es cosa tan sutil y veleidosa que basta con un momento en la vida –uno solo- para tocar el cielo. Eso sucede con Eslinda Núñez. La propia actriz ha confesado que la acogida del filme “Lucía”, a fines de los años sesenta, había constituido para ella una sorpresa.

La Lucía de Eslinda, la más contenida de todas, no es menos imprescindible en ese fresco del devenir de la Isla logrado por Humberto Solás. Por su verismo, forma parte de lo mejor del cine iberoamericano la escena final: cuando le muestran a la frágil muchacha el cuerpo del novio asesinado en el contexto de la Revolución de la Treinta.

Son lo bastante buenas las tres Lucías: la de Adelá Legrá, la de Raquel Revuelta y l de Eslinda Núñez, como para merecer premios. Aunque en el caso de la santaclareña será imprescindible distinguir una trayectoria artística de ininterrumpido apoyo a la cinematografía nacional. “Amada”, “Un día de noviembre”, “Capablanca” y “La pared”, son otros títulos importantes de su filmografía. Unos meses antes de “Lucía”, había aparecido en un papel fugaz, pero insoslayable, a las órdenes de Tomás Gutiérrez Alea en “Memorias del subdesarrollo”: el de Noemí, la criada protestante que se muestra desnuda en los oníricos desvaríos de Sergio.


Pero su debut en el largometraje fue en 1963 con “El otro Cristóbal”. Probablemente el director francés Armand Gatti fue el primero en notar lo que luego demostrarían numerosos maestros del lente: Eslinda es una mujer extraordinariamente fotogénica. Apenas hay en ella zonas “menos favorables” para ser fotografiadas. Por eso, aunque se ha movido con soltura en el mundo de la televisión y el del teatro, puede considerársele una actriz del séptimo arte, apropiada para aparecer en esa pantalla enorme, capaz de consagrar –o de destruir- en una sola secuencia.

El lauro recién otorgado a Eslinda llena de alegría a los habitantes de Sagua la Grande, que la consideramos una hija más del Undoso. Ella misma, invitada en febrero a una muestra temática del Festival de Cine Pobre que tuvo lugar aquí, recordó que –aunque nació en Santa Clara- vivió años inolvidables de su infancia en predios sagüeros. No en balde cuando la directora Consuelo Ramírez la invitó a participar en la filmación de un cuento para la televisión, no lo dudó un instante. Tampoco podemos olvidarla como la figura femenina que acompaña el intenso periplo por la vida de Wifredo Lam que propone Humberto Solás en el documental del mismo nombre, facturado en 1979. La recuerdo durante aquellas jornadas de trabajo para la pequeña pantalla; amable, lo mismo con el equipo dirección, que con la vecina del parque que le brindo su sala para un ligero descanso entre una escena y otra.

La noté deseosa de desandar sola las calles de la ciudad, quizá con la intención de reavivar evocaciones. Pero no se apartó nunca de sus compromisos con el trabajo. Solo luego de terminar la filmación, insistió en evadir la transportación oficial para irse en bici taxi hasta la casa de visita donde se hospedaba en el reparto Victoria. Antes, compartimos un helado. Aunque...se tornó difícil encontrarlo.


Pasadas las nueve de la noche de aquel sábado, no aparecía en el centro de la ciudad un establecimiento que lo expendiera. Por más que insistimos los miembros del equipo de trabajo que la acompañábamos, no pudimos convencer a la camarera de la cafetería de “El rápido” para que nos vendiera algunos helados, al menos para llevárnoslos. Ciertamente habían transcurrido diez minutos desde la hora del cierre. Y estaban cuadrando.

Parecía bastante cuadrada la mujer, hasta que vio cristal por medio el rostro sonriente de la estrecha que nos acompañaba. Solo gracias a Eslinda, o mejor, a Lucía, pudimos saborear la vainilla.