jueves, 13 de octubre de 2011

¡NOVELA, SIMPLE NOVELA!


La noble aspiración de ofrecer al pueblo un producto artístico de sólidos valores éticos y estéticos a partir de 1959, desechó cualquier propuesta que se pareciera a “El derecho de nacer”, pero ignoraba que la cultura popular también es cultura y que el autor de esta obra debía ser valorado como un guionista excepcional.

La trascendencia de Félix Benjamín Caignet en los medios audiovisuales es tan grande que en 1976, pocos días después de su muerte, un diario de Brasil, proponía que allí –tal como se hace en los partidos de fútbol- se decretara un minuto de silencio antes de las transmisión de las telenovelas.

Aseguran que murió tranquilo el escritor santiaguero. El hombre que pudo haber multiplicado su fortuna en los Estados Unidos, Méjico, Colombia, o el propio Brasil, se despidió del mundo tranquilo y en Cuba. Quién sabe si, como otros grandes que pasaron por períodos de ostracismo, imaginó que el tiempo –tarde o temprano- iba a poner las cosas en su lugar.

Así, en 2008, la radio cubana saludó el aniversario 60 de la obra clásica de Caignet con una trasmisión itinerante que sigue al pie de la letra la escritura original de 314 capítulos. Es la misma que llega a nosotros tres años después. Aunque su grabación ni siquiera ocurrió en 2008.

Si otrora Félix Benjamín tuvo que sortear obstáculos tan diversos como la muerte de una de las protagonistas, o la huelga de otro integrante del equipo porque consideraba muy pobre su salario, esta vez la productora Radio Arte debió esperar veinte años para que por fín “El derecho de nacer” volviera a presentarse en las plantas cubanas. Oscar López, que estuvo al frente del proyecto, no pudo constatar el éxito de la turné de “El derecho..” por toda la Isla.

Me imagino que esta pudiera ser la versión que más complacería al autor después de aquella difundida por CMQ, toda vez que participan solo actores cubanos, en algunos casos los mismos que lo hicieron en la década del cuarenta, como Xiomara Fernández. El elenco lo completan figuras del más alto nivel: Coralia Fernández, Obelia Blanco, Luis Alberto Casanova, Doris Delgado y la sagüera Elvira Cervera, artífice de una Mamá Dolores que de seguro se halla entre las más convincentes que podamos conocer.

El Premio Nacional de Literatura Reynaldo González en su libro “El más humano de los autores”, apunta que “si ayer una población fanatizada acogió a ‘El derecho de nacer’ como un producto coherente con su comprensión del argumento y la promoción generada por los mecanismos comerciales que la impulsaron, a los cubanos de hoy los desconciertan las altisonancias y el lagrimeo constante”. Es cierto, pero eso no quiere decir que no llame la atención. Yo mismo puede apreciar cómo, hace tres años, los cines de Sancti Spiritus incrementaron sus ingresos gracias a la exhibición de una de las películas basadas en la obra original de Caignet. Ello coincidía con la trasmisión de la novela en la radio provincial.

Esta versión de “El derecho…” ha saldado una deuda histórica que teníamos en Cuba con el padres fundador de un género de eminente trascendencia para el audiovisual. Se trata de un material de indiscutible valor patrimonial, si tenemos en cuenta que de la trasmisión original no existen grabaciones.

Que si es literatura o no…..que si es arte o no….Eso es y seguirá siendo motivo de discusiones por mucho tiempo. Pero invito a los polemistas a atender a la sencilla definición que nos dejó de su obra Don Félix: “Lo que hice fue novela, simple novela como el alma simple del pueblo”.

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